Alberto Gálvez4 min lecturaNo será la 'abuela' de París porque sus hijos no le han dado todavía dicho título, pero por edad bien podría la de algún deportista de la Villa Olímpica francesa. Zhiying Zeng, conocida en Chile como la 'Tía Tania', participará en tenis de mesa a sus 58 años, siendo como es lógico, la deportista con más edad en estos Juegos Olímpicos.
Se siente chilena, aunque nació en China y realmente se llama Zhiying Zeng. Es una madre, esposa e inmigrante que vive su sueño olímpico: “El sueño está, pero para llegar no es fácil y uno lo piensa. No estás seguro. Pero mientras tengas un poco de posibilidad, tienes un poco de luz y uno va hacia esas luces”.
Sus palabras en una entrevista a la agencia EFE ya están dando la vuelta al mundo. Es todo un ejemplo de superación y ha demostrado que la edad sólo es un número. Con 20 años no pudo alcanzar la clasificación y ahora sí. Y tiene claro cuál ha sido la clave para conseguirlo: “Si no hubiese tenido el apoyo de mi esposo habría sido difícil, porque uno quiere a la familia feliz, contenta, sin problemas”.
No es por el patriarcado sino por la “convivencia” entre la pareja, agrega, pues cuando le suelen preguntar si es más difícil por ser mujer, frunce el ceño y responde: “Yo vengo de China y cuando estudiábamos siempre nos decían que los hombres y las mujeres somos iguales, y nunca pensé que era menos”.
Su historia se trata de volver a jugar, luego de 30 años de una vida de hogar, con un negocio familiar, para que ahora “todos los problemas él me los resuelve y yo esté en entrenamientos y campeonatos. Estoy muy agradecida”, manifestó.
También lo está con Chile y con la familia que la recibió en Arica cuando llegó desde Foshan en 1989. Ellos la bautizaron Tania, para que fuese más fácil, pues “hasta hoy no pueden escribirlo correctamente”, acostumbra recordar.
Su nombre en chino significa “fortaleza, valiente” y se identifica porque no tiene miedo. “En el momento que tengo que luchar con todos esos jóvenes, me da lo mismo, yo creo que tengo la misma edad que ellos”, advierte.
Consciente de su edad y su físico, advierte cómo suple dichas carencias: "Las reacciones son un poquito más lentas, pero la experiencia queda. Hay que luchar. Primero es lo mental, tienes que ganarte a ti mismo. O sea, no porque ya estoy vieja, no, todo se puede si tú estás firme y fuerte”.
Pese a no entrenarse al mismo ritmo que los más jóvenes, lo hace a diario porque “no puede quedarse uno sin moverse muchos días”. Lo hace lento, como su juego, pero lo transforma a su favor: “Yo juego defensa, atrás, adelante, atrás, moviéndolo. Por ejemplo, yo no quiero que la pelota que me vuelva más rápido, entonces yo la devuelvo más lenta”.
Al conseguir semejante logro de estar en París 2024 lloró pensando en el sacrificio de su madre, que era entrenadora de este deporte, y que falleció llevándose el fracaso que vivió en la selección de China: “Ahora mi papá, con 92 años, sabe que su hija cumplió. Me puede ver en los Juegos Olímpicos eso me emocionó. Jamás lo pensé. Uno sueña, pero sueña de lejos ¿no es cierto?”, expresa con emoción.