En plena disputa en los Playoffs de la Liga Endesa, parece que la bomba en el Barça está a punto de explotar. La apuesta del equipo azulgrana por Roger Grimau para acabar con la era Jasikevicius era bastante arriesgada, hasta el punto de que esta temporada apunta a que sea una temporada en blanco al no contar con títulos. Esto podría provocar su salida, de la que ya se empieza a hablar en Can Barça.
Grimau rápidamente se convirtió en el blanco de las críticas de los aficionados, principalmente debido a su personalidad. Pasaron de tener un técnico con temperamento fuerte como Saras Jasikevicius, a otro mucho más tranquilo y pausado, tanto en el interior del equipo como en el exterior. Esto fue visto por los seguidores culés como una muestra de "blandura". Si a esto se le añade que el equipo a menudo sufre desconexiones durante los partidos y el técnico no logra reconectarlo, la situación se agrava. Y cuando esto sucede en partidos decisivos, especialmente en la recta final de la temporada, donde todo está en juego, el problema se intensifica aún más.
El Barça vivió esta situación contra Olympiacos en el quinto partido, que les dejó fuera de la Final Four en la Euroliga, así como en el cuarto duelo, donde la derrota fue aplastante. Nuevamente, la historia se ha repetido en los dos primeros partidos de las semifinales de los playoffs contra el Real Madrid.
En el primer partido, varios jugadores como Parra, Abrines y Ricky Rubio señalaron la "falta de actitud" como el problema principal. Grimau no pudo encontrar las herramientas para solucionarlo. En la rueda de prensa posterior, el técnico asumió su parte de responsabilidad y afirmó estar "jodido" por lo ocurrido. El problema es que esta no es la primera vez que Grimau usa esa palabra para describir su frustración esta temporada, y en el segundo partido tampoco consiguió mantener la solidez defensiva de su equipo. Además, las sensaciones con las que el Barça salió de Madrid no fueron positivas.
Si a todo esto se suma la controversia en torno a Willy Hernangómez, el fichaje más caro anunciado como estrella pero que no ha rendido como tal, el poco uso de Darío Brizuela en momentos cruciales, y la situación con Joel Parra, el problema se agrava de nuevo. Grimau ha demostrado ser inflexible en sus decisiones: si opta por ciertos jugadores, los mantiene hasta el final, aunque tenga otros en el banquillo con potencial. Y esta estrategia no le está funcionando. Ya empiezan a sonar nombres como el de Xavi Pascual, según apuntan desde Relevo.