Quique Sánchez Flores, el ya ex entrenador del Sevilla FC (oficialmente, le queda algo más de un mes de contrato), acudía a última hora del martes en directo al estudio de la Cadena Cope para hablar de todo un poco, empezando por su gesto hacia otro que se despidió el pasado domingo, Xavi Hernández, con el que se dio varios abrazos: "Fue algo sentido, fruto de una pregunta bastante natural. Me salió una amargura diferente y me puse en la piel del otro entrenador; me pareció la suya una situación incómoda". Añadía el madrileño que su gremio "piensa poco en que representa a un club", tras haber desarrollado "la querencia de un toro al que han pasado mucho el capote; te dejas sugerir por los jefes de prensa, pero la mayoría tiene menos ruedas de prensa que yo". Al menos, se consuela: "En el Sevilla es donde menos he usado el armazón de los últimos años; ahora no puedo hablar como cuando estaba en la transición del césped al banquillo".
Y continuó, de forma ambigua y general, en esta línea, para pasar enseguida a hablar de su último banquillo: "Hay presidentes de todo tipo; los hay que delegan en buenas y en manos manos; los hay ávidos de dar noticias... Del Sevilla FC me voy muy ligero, con el deber cumplido y la sensación de haberme quitado mucho peso de los hombros. En el momento de firmar, asumes una responsabilidad enorme. He vivido esa ciudad y lo siento. Pero era un plan de rescate. La decisión está tomada interiormente y comunicada sólo a dos personas, un periodista (Elías Israel) y un agente. La tomo después de ganar al Granada CF. Me habían pintado todo muy negro, pues tenía que ganar 10 partidos de 22, con 14 en la camilla, sin conocer a la plantilla... En un mes no nos entrenamos (era descarga, partido, descarga); luego, a recuperar al delantero (En-Nesyri), subir a Isaac... Metodológicamente, fuimos al atajo, pues no hay nada que te pueda asegurar que en dos meses vayas a estar para defender un estilo".
Quique, que contó que en la capital hispalense ha residido "en una habitación de hotel pequeña", alabó el rol de uno de los capitanes: "Sergio Ramos se ha portado conmigo excepcionalmente, pero ya lo intuía. Y eso que no he sido de intercambiar camisetas o saludos en estos 20 años de fútbol que hemos compartido, pero hay una conexión. Te das cuenta del talentazo que tiene, aunque también de cómo vive la profesión. Me ayudó a entender las cosas; me explicó mucho dónde había aterrizado, porque llevaba ocho meses de ventaja sobre mí. No era el Sevilla que había vivido 20 años antes. No tengo claro que vaya a seguir. Quiere mucho al club y hay una parte de su cuerpo que se lo pide, pero no quiere ser parte de un escenario catastrófico; debe intuir que las cosas van a ir bien. Junior (Del Nido Carrasco) y Orta hacen lo que pueden, pero la situación es muy difícil. Hay una falta de sincronía que hace que no todo sume".
Sobre otros nombres propios también se pronunció el míster madrileño: "Pepe Castro es encantador. Se pasa el día con el presidente y el director deportivo. Por horas y desempeño no será, pero la situación... De cómo lo orienten o lo atajen dependerá todo. Con Rakitic fue todo muy honesto. Fui muy directo con Ivan a pie de campo tras dos entrenamientos. Él me da su punto de vista. Tras un partido, entra a mi despacho y me dice 'míster, veo que no cuentas conmigo'. Le dije que ninguno estaba en un momento extraordinario y jugaría a veces de titular o de suplente, por lo que le pedía que me ayudara desde otro punto. Al día siguiente, entró de nuevo y me dijo 'los jugadores tenemos que reconocer cuando no estamos para ciertas cosas y creo que me debo ir'. No me dolió, porque vi que no iba a ser un fajador en los momentos de dificultad".
Finalmente, sobre si ve riesgo de que el Sevilla FC vaya a bajar a Segunda, fue contundente: "Quiero pensar que no va a ser así; tras una cornada como ésta, quieren preparar un escenario muy distinto, pero es complicado. Estaba convencido de que no iba a pasar (el descenso); no habría ido a Sevilla en caso contrario. Pero la preocupación constante hace que no disfrutes de nada durante muchos meses. No me he tomado una cerveza con nadie, no he vivido la Feria de Abril ni me he cruzado con nadie... Ahora, necesito un proyecto que me motive de verdad". Sí dejó entrever que algún futbolista, esta campaña y otras, se ha tirado del barco, aunque sin dar nombres, mostrando la elegancia acostumbrada, que le ha hecho salir ovacionado del Ramón Sánchez-Pizjuán: "La seducción va por varios. No todos tienen la misma capacidad de sufrimiento".