Alejandro Sáez5 min lectura"Ruido", mucho "ruido". Eso es lo que hay alrededor de Isco Alarcón desde que el malagueño se desvinculara el pasado diciembre del Sevilla FC, tras la marcha de Julen Lopetegui del banquillo sevillista y la falta de adaptación a la idea de Sampaoli. Una "ilusión" y un "trabajo" que el malagueño ha intentado mantener desde entonces, tal y como ha compartido en sus redes sociales, aunque no siempre lo ha conseguido del todo.
Los planes no le han salido a Isco Alarcón como había pensado. Primero, en el mercado de enero, cuando el último día acabó viendo truncada su opción de recalar en el Unión Berlín, viajando hasta Alemania y pasando el pertinente reconocimiento médico. Unos inconvenientes económicos, sin embargo, truncaron la operación a última hora. Desde entonces, múltiples ofrecimientos y contactos con clubes en los que se le abría un puerta, bien por disponer de fichas libres, por lesión de un tercero o por pertenecer a una liga con el mercado aún abierto.
El Villarreal, ante la lesión de Capoue, o incluso el Betis, ante la de Fekir, son algunos de los clubes de LaLiga con los que ha sido relacionado en las últimas fechas, a pesar de que (tras el fichaje de Braithwaite por el Barcelona) se suprimiera la norma que permitía fichar fuera de plazo por lesión de gravedad. En el caso del Betis, sin embargo, sí podría fichar a un jugador libre, al disponer de fichas libres en su plantilla, aunque no lo hará.
Ofrecido por muchos intermediarios (propios y ajenos), pocos saben que Isco estuvo bastante cerca de recalar en la Premier la semana pasada, aunque la operación se acabó nuevamente truncando. Ahora, el otrora madridista, estudia ofertas de la MLS para tratar de terminar el año con equipo, una vez que la opción de Europa se haya conseguido concretar. Ni Roma ni Everton dieron el paso definitivo, al tiempo que otras opciones que le han salido en el fútbol brasileño y otras ligas exóticas no acaben de contentarlo.
A diferencia del pasado enero, cuando Isco llegó a un principio de acuerdo con el Unión Berlín hasta el 30 de junio de 2024, el malagueño ahora busca acabar la temporada en activo. Un contrato hasta final de temporada, con opción de prorrogarlo si ambas partes lo desean. Tal y como ha podido conocer ESTADIO Deportivo de primera mano, Isco Alarcón pide a su nuevo equipo una ficha que oscile entre los 600.000 euros y los 900.000 euros netos. Es decir, limpios para él. La cantidad, lógicamente, oscila en función de la duración del mismo (no es lo mismo firmar en febrero que a finales de marzo) y la liga en la que recale.
El dinero, como ya demostrara a la hora de firmar por el Sevilla FC, nunca fue lo prioritario para Isco Alarcón, que antepone lo deportivo. De hecho, para facilitar su salida de Nervión ya perdonó ciertas cantidades. Eso sí, ahora solicita un caché importante. Alto para ciertos clubes, y eso, lógicamente, complica aún más su futuro.
Mientras tanto, el futbolista prefiere mantenerse ajeno a la polémica. No hacer declaraciones públicas y seguir trabajando en su casa de Sevilla, donde sigue alojado junto a su familia a la espera de encontrar un nuevo destino. La escolarización de sus hijos es una de los detalles que le ha empujado a no cambiar de aires, al tiempo que hace piña con su mujer, Sara Sálamo, quien se ha aclimatado a las mil maravillas a la vida en la capital hispalense. Sin ir más lejos, ambos mantienen el contacto con varios integrantes de la primera plantilla sevillista, de los que, de hecho, son vecinos.