La tensión en el Sevilla FC se puede cortar con un cuchillo. El equipo volvió a perder este pasado sábado en Girona FC (2-1) por culpa de sus numerosos errores en defensa y hoy mismo podría volver a ocupar zona de descenso a Segunda si el RCD Espanyol (hoy ante el Getafe CF) o el Cádiz CF (mañana lunes contra el Elche CF) son capaces de sumar algún punto en sus respectivos compromisos. El rendimiento deportivo es desastroso, los alarmantes fallos en la planificación estival siguen sin ser corregidos en este mercado de enero, la dirección deportiva que dirige Monchi sufre el bloqueo económico derivado de la crisis pero también de la guerra institucional entre los bandos de Castro y Del Nido...
Toda esta compleja situación mantiene en una indignación perpetua a la afición, lo que tuvo como ilustrador ejemplo gráfico en los vídeos que circulan por redes sociales sobre el caldeado clima que se respiró en la terminal de llegadas del Aeropuerto de San Pablo al filo de la pasada madrugada. El Sevilla FC aterrizó en la capital andaluza al filo de las 00:00 horas tras su decepcionante derrota en Girona y se encontró con un grupo de hinchas que les hizo ver su monumental enfado.
Pitos, abucheos, una larga lista de reproches y algún que otro insulto por parte de los más exaltados. Según relatan algunos presentes, los jugadores y miembros del cuerpo técnico del Sevilla FC soportaron toda una lluvia de improperios en el corto trayecto que separa la puerta de llegadas de la terminal del aeropuerto de San Pablo y el parking exterior en el que les esperaba el autobús del club. La mayoría se limitó a agachar la cabeza y montarse en el vehículo casi sin querer mirar. No fue el caso de Bono, que se encaró con algunas personas y tuvo que ser separado por los empleados de la entidad.
Tanta tensión se respiraba en el ambiente, también para Monchi y los miembros del consejo, que el director deportivo incluso decidió pararse para pedir calma, asumir las responsabilidades ante una situación cada día más preocupante y pedir calma y respeto para los profesionales. Le costaba hacerse escuchar entre el griterío pero al menos la cosa no pasó a mayores, ni se tuvieron que lamentar incidentes como los registrados a la salida del Sánchez-Pizjuán tras una derrota contra el Rayo Vallecano (0-1), cuando el de San Fernando se vio obligado a frenar su coche, entre golpes en la chapa e insultos de un pequeño pero iracundo grupo.
Los pesos pesados de la plantilla sí habían dado la cara en la zona mixta del estadio de Montilivi. Capitanes como Jesús Navas e Ivan Rakitic hicieron autocrítica y mandaron un mensaje a la afición, al club y al vestuario: "Tenemos que juntarnos ya". También se vio especialmente afectado a Jorge Sampaoli, muy cabizbajo en sala de prensa y muy criticado por un planteamiento demasiado reiterativo viendo los constantes fallos al arriesgar en la salida y de quien no se entiende su afán por sacar del área a un perfil rematador como Rafa Mir para desplazarlo a la banda en plenos minutos de acoso ofensivo de los suyos.
Este domingo, el Sevilla FC ha vuelto a los entrenamientos y ha comenzado a preparar una semana con doble compromiso: primero un encuentro correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey, el martes contra el Deportivo Alavés en Mendizorroza, y el sábado, en la jornada 18 de LaLiga, contra el Cádiz CF en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en todo un duelo directo por la permanencia en Primera división. Como para no estar enfadado el sevillismo...