El Sevilla FC se ha agarrado a un clavo ardiendo como el tesoro que es estar 'a tres partidos de Europa' en una situación tan negativa. El equipo llegó a Vitoria como penúltimo clasificado de Primera división, sin fichajes y sumido en una profunda crisis que vive en todos los aspectos, en lo económico, en lo institucional, en lo deportivo y hasta en lo social, con una manifestación de peñas convocada para el sábado justo antes del trascendental partido contra el Cádiz CF; pero sale reforzado de su victoria contra el Deportivo Alavés (0-1) que le mete entre los 16 mejores clubes de la Copa del Rey.
La visita a Vitoria dibujaba a un Sevilla FC aferrado a la Copa del Rey como necesario elixir estimulante, al ser a día de hoy la única opción 'factible' de aspirar a jugar en Europa la temporada que viene, pues en LaLiga todo lo que no sea centrarse en la permanencia es engañar y engañarse. Es curioso, pero un equipo tambaleante, que genera espanto por sus errores defensivos y su excesivo sufrimiento en la innegociable salida jugada desde atrás, sigue imbatido tras superar las cuatro primeras rondas y meterse en los cuartos de final sin encajar ante Velarde CF (0-2), Juventud de Torremolinos CF (0-3), Linares Deportivo (0-5) y Alavés (0-1).
En la primera mitad del choque de octavos, prácticamente no hizo otra cosa que defenderse del peligro llovido en su área, ya que le costaba mucho recuperar o lo hacía demasiado atrás, por lo que no inquietó nada a un cuadro local muy bien plantado que gozó de varias oportunidades claras para adelantarse. No marcaron los babazorros y el Sevilla FC sacó rentabilidad a sus cambios en el descanso con su gol de siempre: centro de Navas y remate de cabeza, esta vez de Rakitic.
Sonará con el tono que cada uno lo quiera leer, pero, ni mejor ni peor, a día de hoy esa acción 'marca de la casa del 16' es el único argumento del equipo. Un estímulo, la Copa del Rey, y un arma, los centros de Navas desde la derecha para luego defenderse como buenamente se pueda. No hay otra cosa ahora mismo. Mejor agarrarse a ese clavo ardiendo y tirar hacia adelante que "pararse a llorar", como decía Sampaoli en la previa.
El técnico local, Luis García Plaza ni mentía ni se equivocaba en la previa. El Alavés salió con el once habitual en la Copa, es decir, con los que no suelen ser titulares en Segunda división. En cambio, Jorge Sampaoli -que cedió el testigo a Jorge Desio tras su expulsión en Linares-, salió con un once muy titular, aunque hizo seis cambios con respecto a los que formaron de inicio en la dolorosa derrota en Girona. Destacó el banquillazo a Nianzou, que va de lío en lío, y la continuidad de Badé, único refuerzo invernal -hasta que la confirmación oficial mediado el partido del cantado regreso de Lucas Ocampos- de una plantilla que ha tenido ya cuatro salidas (Isco, Dolberg, Carmona y Pedro Ortiz) y está pendiente de cerrar otras dos, la de Januzaj, que ni siquiera viajó a Vitoria, y la posible cesión de otro canterano como Kike Salas.
Esta vez, el Sevilla FC quería formar con cuatro atrás, aunque Gudelj se situaba entre la zaga y la medular haciendo posible defender a veces con tres centrales para repeler juego aéreo y también en fase de elaboración, para facilitar la profundidad de los carrileros. El empuje local le obligó a ser en la práctica un central más. Y es que ante los errores propios no hay pizarra que valga. El serbio, precisamente, fue el primer protagonista, ya que una pérdida en campo propio en el 1' provocó el primer disparo del Alavés y un despeje a la desesperada de Badé que se fue a córner pero casi bate por alto a Dmitrovic. Antes de romper a sudar, primer susto en la salida. No tardó en haber más.
En el 6', una transición rápida que pilló muy descolocado al Sevilla FC acabó con un disparo de Sylla desviado por En-Nesyri, muy solidario en el esfuerzo y providencial al cruce. En el córner posterior, Gudelj compensaba un par de fallos en la salida desviando entre los palos sendos remates que iban para adentro. Al filo de la media hora, Dmitrovic sacaba los puños en otro saque de esquina y la volea posterior de Rober salía muy desviada. Una falta colgada y prolongada por Laguardia era zapateada por Luis Rioja en un gol cantado hasta que apareció el guante salvador del meta visitante... Para colmo, en esa acción Gudelj cargaba con amarilla que incluso podría haber costado más cara, pues Sylla se iba solo, y poco antes la había visto también Rekik.
El partido avanzaba sin que prácticamente hubiese nada que reseñar del Sevilla FC en ataque. Sólo un disparo alto de Lamela en el 40'. Antes, a lo sumo, destacar un buen pase filtrado de Rakitic para En-Nesyri tras un bonito taconazo del 'Coco', pero el marroquí ni siquiera pudo armar el remate. Suso, que ya de por sí amenaza poco últimamente, pasaba desapercibido en la izquierda, donde perdía su único arma de tirar diagonales y chutar. Así, sucedía muy poco en el campo de un Alavés muy bien replegado y que hacía fácil eso tan reclamado por Sampaoli de "llegar arriba en pocos toques". Lo volvió a hacer en el 36', en una contra entre Jason y Rober que culminó el jugador cedido por el Betis, con un disparo con el interior de su pie derecho que no encontró portería, llegándose al descanso con 0-0.
Montiel había tenido controlada su espalda, pero a diferencia de lo que garantiza Navas, no percutió por la derecha ni una sola vez. Desio tuvo que juntarles a ambos. Situado por delante del argentino, el capitán colgó dos centro peligrosos en dos minutos, nada más salir al rescate junto a Fernando, en lugar del intrascendente Suso y el amonestado Gudelj. En el 48', el palaciego percutió por su zona y colgó un centro que Rakitic se lanzó en plancha para rematar y batir a Owono con un cabezazo ajustado al palo. Volvió a aparecer el '16' justo unos segundos después, pero En-Nesyri no logró conectar el remate pese a su potente salto.
El Alavés no renunciaba a poner a prueba a Dmitrovic, que tuvo que volver a lucirse tras un gran lanzamiento de falta de Jason y a un disparo cruzado del '10' del Alavés en el 94'. La tuvo también Salva Sevilla en el 96', en un chut que se paseó por la línea en el último suspiro; pero en general el Sevilla FC, pese a estirarse demasiado y seguir sufriendo en defensa, estuvo algo más ordenado -con Fernando hay menos espacios-. No volvió a llegar a la portería de Owono, pero al menos recuperó algo más lejos de su área y controló mejor los impulsos de los vascos. Con eso, con muy poco pero que en realidad es mucho en una situación tan preocupante, le dio para meterse en cuartos de final y estar a tres partidos de Europa.
Deportivo Alavés: Owono; Arroyo (Rebbach 73'), Laguardia, Aqbar, Javi López (Rubén Duarte 80'); Álex Balboa (Antonio Blanco 61'), Toni Moya (Salva Sevilla 80'); Jason, Rober, Luis Rioja; y Sylla.
Sevilla FC: Dmitrovic; Montiel, Badé, Gudelj (Fernando 46'), Rekik, Acuña; Joan Jordán, Rakitic; Suso (Navas 46'), Lamela (Rafa Mir 86'); y En-Nesyri (Nianzou 79').
Árbitro: César Soto Grado (Comité La Rioja). Amonestó al local Jason y a los visitantes Rekik, Gudelj y Badé.
Goles: 0-1 (48') Rakitic.
Incidencias: partido correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria (Álava) ante unos 11.000 espectadores.