Conocido por las llamativas gafas protectoras que lució en sus primeros pasos en la elite del fútbol profesional, ahora recupera la sonrisa y se reivindica en el Racing de Santander después de años muy oscuros deambulando con su maleta por medio mundo después de no conseguir cuajar en el Atlético de Madrid pese a promocionar como apuesta personal del Cholo Simeone. Es la historia de Francisco Javier Montero Rubio, nacido en Sevilla el 14 de febrero de 1999 (25 años), hijo de un hispalense y una pacense que comenzó a dar patadas a un balón en la cantera del AD Nervión, que fue fichado por el club colchonero con sólo 14 años y que logró promocionar desde el Cadete A hasta el primer equipo rojiblanco antes de desaparecer de repente del panorama nacional.
Cuando muchos ya se habían olvidado de él, Javi Montero ha reaparecido de manera portentosa en tierras cántabras recordándole a los inmemoriados que es un central de mucho nivel, sin duda uno de los mejores de este inicio de temporada en LaLiga Hypermotion, y soñando con volver muy pronto a Primera división. Si puede ser con el Racing, mejor que mejor. Así lo cantó, eufórico y al únisono con la entregadísima afición de El Sardinero, en la victoria del pasado domingo ante el Levante UD (1-0) que consolida el liderato en solitario de los santanderinos (ya le saca cuatro puntos al segundo, el Real Zaragoza) después de una dinámica de seis victorias, dos empates y una sola derrota en estas nueve primeras jornadas en Segunda.
Javi Montero es el líder de la defensa del enrachado equipo de José Alberto López, que tiene al sevillano como titularísimo y casi elevado a la categoría de intocable. Ha salido de inicio en las nueve citas de esta temporada, ha completado los 90 minutos en siete de ellas, sólo ha visto una amarilla y, con 789', es el jugador de campo del Racing que más minutos suma en esta 24/25. Sólo le supera el portero, Jokn Ezkieta, con pleno en los 810' del campeonato nacional en la Categoría de Plata. El '24' blanquiverde se confirma como un acierto mayúsculo de la secretaría técnica del club: le fichó este pasado verano a coste cero procedente del Besiktas turco y ya es uno de los futbolistas más aclamados por la hinchada.
Con contrato hasta 2026, el central sevillano recupera la sonrisa después de años complicados que no ayudaron en nada a pasar el mal trago de desaparecer de la elite cuando empezaba a hacerse un sitio. Con un valor de mercado actual de 1,8 millones de euros, el portal especializado de Transfermarkt le llegó a tasar en 10 millones en 2019, cuando todo parecía indicar que había llegado al primer equipo del Atlético de Madrid para quedarse. De la mano del Cholo disputó 14 encuentros (siete de titular) en la 18/19 pero, lejos de quedarse en el Metropolitano, en la 19/20 fue cedido al RC Deportivo de La Coruña en el inicio de su etapa como trotamundos.
Con el Depor sumó 32 encuentros (30 de inicio) pero no pudo evitar el descenso blanquiazul a la entonces llamada Segunda división B -hoy Primera RFEF-. A su vuelta a Madrid, Simeone ya no contaba con él. En la 19/20 volvió a salir a préstamo al Besiktas JK, que ejerció la opción de compra y se lo quedó por sólo 750.000 euros. Empezó jugando en el club estambulita, con el que llegó a sumar 46 encuentros oficiales en dos años y medio antes de encadenar dos nuevas cesiones. En el mercado invernal de la 22/23 salió al Hamburgo SV, en la segunda de Alemania, y sólo sumó cinco partidos. En la pasada 23/24 jugó en la primera de Portugal con el Arouca FC, donde por fin recuperó la continuidad, atesorando 34 choques antes de rescindir con los otomanos y llegar como agente libre al Racing.