Mucho se está hablando en las últimas semanas de la falta de relevo generacional en el tenis masculino español. Acostumbrados a ver a muchos españoles copando los cuadros cuando empezaba la temporada de tierra batida, apena un poco ver ahora que, en algunos de los clásicos como Estoril o Marrakech, que se celebran esta semana, su presencia es testimonial.
No están Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, que presumiblemente comenzarán a competir en arcilla la próxima semana en Montecarlo. Y el único que podría aparecer entre los cabezas de serie, Alejandro Davidovich, ha tenido que renunciar a Estoril. Los demás ya están por encima del puesto 60 del mundo.
En todo este debate se habla de los últimos años de Roberto Bautista, de los jóvenes que vienen apretando, pero que aún no llegan, como el andaluz Pablo Llamas o el madrileño Martín Landaluce, pero muchos olvidan a un tenista que no hace mucho era Top-10, que aún tiene 32 años y que hace menos de tres logró la medalla de bronce para España en los últimos Juegos Olímpicos. Obviamente, se trata de Pablo Carreño.
El gijonés apenas jugó seis partidos la pasada temporada por las lesiones. Tras jugar a principios de año, trató de volver a final de 2023 en torneos Challenger, pero seguía arrastrando problemas y volvió a parar... hasta ahora.
Pablo Carreño cree que puede haber dejado atrás esas lesiones que le han martirizado y volver a competir en unas semanas. Cuando lo dejó era el 16 del mundo y con ese ránking podría entrar en los próximos torneos como ránking protegido, lo que le daría oportunidad de progresar. El tenista asturiano admite que debe "volver a empezar de cero", pero se ve ahora "mejor a nivel mental" y "más tranquilo, dando pasos hacia delante y con muchas ganas de seguir avanzando".
"Ha sido prácticamente un año y medio en el que hemos probado una cosa, mejoraba un poco, pero no al cien por cien, volvíamos para atrás, probábamos otra y otra vez lo mismo, mejoraba un poco y cuando podía llegar a jugar prácticamente a tope, otra vez para atrás. Al final eso te va desgastando y minando un 'poquito' la moral", afirma en una entrevista al departamento de prensa del torneo de tenis playa de Luanco, donde es un asiduo.
Eso le hace ser precavido y ya avanza que va a ir entrando poco a poco antes de empezar a competir más en serio. "Creo que en las próximas siete semanas mi intención es seguir esta progresión, empezar a jugar set y partidos de entrenamientos, primero con cadetes, con juniors, luego ya con los absolutos y a intentar buscar también competir en un entrenamiento contra algún profesional. Y, poco a poco, seguir integrándome en el circuito sin competir", señala el gijonés.
Carreño tiene claro un objetivo que, aunque es difícil, le sirve de motivación: París 2024. "Cuando llevas tanto tiempo fuera, con una lesión como la que he tenido, en la que muchas veces te planteas si podrás volver a jugar o volver al mismo nivel, el ir buscando retos un 'poquito' motivantes como pueden ser unos Juegos Olímpicos después de lo bien que me fueron en Tokio, con ese bronce, siempre ayuda a seguir luchando y esforzándote. Sobre todo cuando ves que las cosas no van tan bien y no apetece tanto el seguir intentándolo", añade.
Carreño reconoce que esa es su motivación. "Los que viví en Tokio fueron increíbles, una experiencia única y me gustaría poder vivirla ahora con público. (...) A mí me da igual un año y medio que un año y siete meses, el objetivo principal para mí sería poder estar en los Juegos y, si no lo consigo, me fastidiaría porque al final son cada cuatro años y luego ya a los de 2028 igual sí que no llego", reconoce.
El tenista español, que llegó a ser Top-10 hace unos años, se ve ahora "mejor a nivel mental" y "más tranquilo", por eso no ve como algo imposible llegar y poder competir en los JJ.OO. "Obviamente, no voy a llegar como me hubiera gustado porque necesitas siempre rodarte y como muy pronto podré volver más o menos en la época de Roland Garros, con lo cual me quedará un mes y medio, dos meses para ponerme en forma y también con una gira de hierba por el medio que no es la misma superficie en la que se juega en París. Creo que llegar sí que llegaré, cómo, se verá, intentaré estar de la mejor manera", indica.