Se las prometía muy felices Italia tras la victoria de Matteo Berrettini en el primer punto de la final de la Copa Davis, ya que en el segundo estaba su estrella, Jannik Sinner, el mejor jugador del mundo que sobre el papel tenía un trámite ante Tallon Griekspoor, líder del bloque de Países Bajos. Sin embargo, al campeón del Open de Australia y el US Open, entre otros muchos torneos este año, le ha salido un rival muy respondón que le ha complicado mucho más que ningún otro esta semana en Málaga. Pero al final la lógica se ha impuesto y tras dos sets de intensa batalla, Italia ha revalidado su Ensaladera.
El país transalpino tardó 47 años en conquistar la segunda Copa Davis de su historia, sin embargo para la tercera apenas ha tenido que esperar 12 meses. Y es que el tenis italiano es el que ahora mismo marca la pauta. Cierto es que con Sinner todo es más fácil, pero los Berrettini, Musetti, Cobolli y compañía, también son un sinónimo de seguridad. En total son 10 los jugadores que tienen dentro de los 100 primeros del ranking y eso da unas opciones casi infinitas a Filippo Volandri a la hora de formar el equipo de la Davis.
Una vez que se salta a la pista, el ranking deja de importar y eso lo tenía muy claro Griekspoor, que siguió a rajatabla su estrategia de asegurar sus saques y tratar de presionar todo los posible al resto. La primera la llevó a cabo a las mil maravillas, pues al igual que en las semifinales ante Struff, el servicio era el mejor que mejor le funcionaba. Además casi da un susto a Sinner, que en el tercer juego se vio con dos bolas de rotura en contra, aunque ahí sacó su clase el de San Cándido para salvarlas y arreglar la situación.
Al final este parcial se alargó hasta el desempate, porque aunque Sinner gozó de una bola para quebrar al neerlandés, no fue capaz de aprovecharla. Pero en el tiebreak se acabaron las especulaciones y a la mínima que Griekspoor mostró ciertas dudas, se le esfumaron las opciones y vio como Italia estaba a un solo set del título.
Si en el primero sufrió y necesitó alargarlo hasta las últimas consecuencias, en el segundo Sinner se dio muchas más prisa. Tanto que en el tercer juego ya había roto el servicio de su oponente y se encaminaba a una victoria plácida. Pero no se esperaba la reacción del neerlandés, que rompió el saque del número 1 a la primera opción, sin embargo, ese fue su último 'arreón', porque después volvió a ceder una rotura que a la postre sería definitiva. Plantó mucha cara Tallon, pero a la hora de la verdad se notó mucho la superioridad del mejor jugador del mundo, que acabó cerrando el partido con otro break ante un tulipán desesperado, para poner el 6-2 definitivo y mantener el título en manos italianas al menos durante un año más.