Se ha hablado de que habría pasado si Rafa Nadal no hubiera tenido que jugar casi la totalidad de su carrera con un pie 'roto'. Pese a la grave lesión que se produjo en la primavera de 2004 y con la que ha tenido que lidiar estos últimos 20 años, el tenista balear ha logrado sus 22 Grand Slam y más de 90 títulos.
Martina Navratilova señalaba hace unas semanas que, por este problema y por su juego tan físico, no esperaba que llegara a los 30 años en activo y ensalzaba que se hubiera podido mantener vigente tanto tiempo y que hubiera ganado títulos tan importantes después de esa edad.
Muchos piensan en ello cuando miran a Carlos Alcaraz. El joven murciano anunciaba esta semana su renuncia a jugar el Master 1.000 de Roma después de haber reaparecido brevemente en Madrid y con una protección en el antebrazo dañado.
El tenista del Palmar, que este domingo cumple los 21 años, ya lleva 11 lesiones a lo largo de su carrera y ésta sólo acaba de empezar. De hecho, la renuncia para jugar en Roma se debe a que quiere poder estar presente en Roland Garros. Un motivo similar al de Sinner, que también ha renunciado al mejor torneo que se disputa en su país para poder recuperarse de los problemas que sufre en la cadera.
Las lesiones han privado a Alcaraz de haber llegado, incluso, más alto de lo que ha logrado. La primera llegó con 18 años recién cumplidos, cuando en el US Open 2021 se tuvo que retirar en cuartos de final ante Felix Auger-Aliassime por un desgarro abdominal.
Peor fue el final de temporada 2022, en el que otro desgarro le dejó prácticamente en blanco y no pudo jugar en, entre otros torneos, las ATP Finals. Su baja se alargó al inicio de la temporada 2023, en la que se perdió en Open de Australia por un problema muscular.
En el histórico año 2023, en el que fue número 1 del mundo y logró Wimbledon, también tuvo percances, como el que le impidió ganar en Río de Janeiro, el que le privó jugar el Masters 1.000 de Montecarlo o el que le obligó a retirarse en Acapulco por una distensión en los isquiotibiales. La espalda también le pasó factura a finales de año y se perdió el Basilea Open.
Y, en este 2024, se torció el tobillo en Río cuando apenas llevaba dos juegos de su primer partido y, con la llegada de la tierra batida, apenas ha podido jugar cuatro partidos en Madrid por sus problemas en el antebrazo que le hacen ser duda en Roland Garros. Por el camino se ha perdido Montecarlo y el Godó, y cedido casi 1.500 puntos en el ránking.
Tras anunciar su baja para Roma dejaba claro cuál es su problema inmediato. "Necesito descanso para recuperarme y poder jugar sin dolor al cien por cien", avisaba. Roland Garros peligra y ahí defiende semifinales. Y luego llegan Queen's y Wimbledon, que ganó el pasado año. Muchos problemas para un joven cuerpo que, además, no se le puede achacar un desgaste físico como el de Nadal. Básicamente porque su tenis es muy diferente.