José Antonio Rivero3 min lecturaPaula Badosa, la tenista española de 26 años, expresó su entusiasmo por iniciar el nuevo año en el torneo de Adelaida, marcando su regreso a la competición después de una pausa forzada debido a una fractura de estrés en la columna vertebral durante la segunda mitad del 2023.
"Estoy emocionada por regresar y comenzar el año. Quiero recuperar mi nivel lo más pronto posible. Sé que será difícil al principio, ya que han pasado muchos meses sin jugar", comentó durante la sesión de medios del evento que marca su retorno a las pistas.
Badosa, actualmente en el puesto 68 del ranking de la WTA, compartió detalles sobre la lesión que la mantuvo alejada de la competición: "Es una lesión que no se puede controlar mucho. Al principio, pensé que si recibía muchas horas de tratamiento, me recuperaría más rápido, pero luego aprendí que simplemente se trata de tener paciencia y permitir que sane por sí sola".
El proceso de recuperación fue un desafío lento para la tenista: "Fue un proceso muy lento. Aceptar todo esto fue muy duro, especialmente mentalmente, porque, como siempre digo, amo jugar al tenis y amo competir. De repente, un día tuve que detenerme por completo y quedarme en el sofá, así que imagina lo aburrido que fue eso", compartió.
Además, reflexionó sobre la experiencia y cómo podría afectar su perspectiva en el futuro: "Creo que ahora quizás valoraré un poco más cada torneo, cada partido, cada ronda que juegue. Estoy muy emocionada de estar aquí de nuevo".
Con estas declaraciones, Paula Badosa muestra su determinación y gratitud por regresar a la competición, reconociendo la importancia de cada momento en el tenis y la alegría de volver a la actividad que tanto ama.
El año 2023 ha sido particularmente desafiante para Paula Badosa. La tenista española tuvo un inicio prometedor, pero una lesión temprana la apartó del Open de Australia, y desde entonces, nunca logró recuperar su plenitud; tanto es así que sólo participó en 27 partidos. Durante el Masters de Roma, donde llegó a los cuartos de final, sufrió una fractura por estrés en la vértebra L4, prácticamente poniendo fin a su temporada.
A pesar de sus intentos por regresar a la acción en Wimbledon, donde jugó solo un partido, más tarde tuvo que reconocer que no estaba en condiciones. También buscó competir en el US Open y más tarde en las Finales de la Billie Jean King Cup, pero sin éxito alguno, concluyendo una temporada casi trágica para ella.