Pocos tenistas se agarran a la pista como Casper Ruud, más aún en tierra, y todavía un poco más en Roland Garros. Y es que el noruego, séptimo favorito de esta edición, ha conseguido llegar a la final aquí los dos últimos años, en los que le han arrebatado el triunfo los dos mejores de la historia, Rafa Nadal en 2022 y Novak Djokovic en 2023. Pero ahora, con el manacorí eliminado y el serbio en un momento irregular -el propio Ruud le venció en Montecarlo-, llega a 2024 como uno de los grandes candidatos, más aún tras una buena gira de arcilla, en la que ha conquistado Barcelona y Ginebra, además de llegar a la final de Montecarlo.
En primera ronda batió sin problemas al brasileño Meligeni, pero en segunda tenía un hueso durísimo, Alejandro Davidovich. Precisamente el malagueño fue su verdugo en 2021, y el único que ha sido capaz de imponerse a él antes de la final, pero esta vez era otra historia. Y es el escandinavo se llevó la victoria en un épico maratón que acabó conquistando en cinco sets, por 7-6, 1-6, 6-3, 4-6 y 6-3 en 4 horas y 8 minutos. Fue un duelo de titanes, de dos especialistas en la tierra batida que se decantó del lado del que supo mantener un poco más de serenidad en el momento clave.
Davidovich peleó con fe y mucha calidad por momentos, y estuvo a punto de dar el campanazo del torneo y colocarse a dos pasos de los cuartos de final que disputó en 2021. Y lo hizo en un duelo de terrícolas, de tenistas que sienten la arcilla como su hábitat natural y en la Suzanne Lenglen lo demostraron. Eso sí, se tuvo que jugar con el techo cubierto por las lluvias que asolan París, lo que beneficiaba en cierta medida al malagueño, que no obstante, venía de una temporada tan mala, que nada hacía pensar que iba a dar guerra.
Pero lo hizo, vaya que si lo hizo, y los dos tenistas produjeron una batalla de mucha intensidad, a un ritmo desenfrenado, con alternativas, sin que ninguno fuera capaz de controlar el tempo. La templanza del noruego le llevó a apuntarse la primera manga en un apretado desempate, en el que Foki perdió la calma en los momentos calientes. Pero el pupilo de Fernando Verdasco no se descolgó y se apuntó la segunda con mucha soltura. Tenía sus mejores momentos Davidovich, que se colocó 2-0 al inicio del tercero, pero ahí reaccionó el escandinavo para recuperar la desventaja y acabar colocándose 2 sets a 1.
De nuevo, el español mantuvo el porte, sereno, dando al doble finalista en París de su misma medicina, aguante desde el fondo de la pista y aprovechando sus opciones para atacar, y así forzó la quinta, sirviéndose de que Ruud bajó el pistón y que parecía prepararse para la batalla decisiva. El reloj coqueteaba con las cuatro horas y ya solo quedaba pensar en la épica.Pero ahí estuvo más firme el noruego, que tiró de experiencia y se mostró más sólido. Davidovich falló una volea para conceder su servicio en el quinto, una ventaja que ya no dejó escapar su rival, que ya espera en la tercera ronda al argentino Tomás Etcheverry, quien ha vencido en otra batalla al francés Arthur Rinderknech.