Mientras sus principales rivales claudican, tras Alcaraz y el ruso Daniil Medvedev este jueves fue eliminado el italiano Jannik Sinner, Djokovic avanza en tierras galas. El número 1 del mundo sigue adelante en el Masters 1.000 de París después de sobreponerse a todo tipo de circunstancias adversas.
El serbio perdió el primer set (4-6) contra el neerlandés Tallon Griekspoor, 23 del ránking, pero consiguió darle la vuelta al partido y terminó superándole con un 7-6 (2) y un 6-4 en las dos siguientes mangas. De esta forma, el tenista balcánico se ha clasificado para unos cuartos de final por décima vez esta campaña.
Y en cuanto ha terminado este partido correspondiente a la segunda ronda de la cita parisina, 'Nole' ha explicado los motivos de su bajón: "Comencé bien, pero a continuación me sentí mal, quizá por un virus estomacal que agarré hace tres días. Pero así es la vida, te obliga a buscar soluciones y es lo que he hecho".
El serbio comenzó con la directa, listo a cerrar, en la noche de París, lo antes posible un duelo que parecía decidido de antemano. Asfixió a su rival y enseguida se colocó 3-0 y pronto 4-1, pero ahí se detuvo la apisonadora y el neerlandés comenzó a respirar, casi incrédulo de liberarse de las cadenas.
Encadenó Griekspoor cinco juegos consecutivos, algo circunspecto, para ganarle el primer set al serbio en los tres duelos en los que han cruzado su raqueta. En los dos anteriores, incluido uno a tres sets en Estados Unidos, solo había arrancado doce juegos a Djokovic. Un atisbo de respuesta al derrumbamiento del serbio llegó cuando apeló a los médicos y quedó patente que no se encontraba en plenitud física.
Las medicinas que tomó le mantuvieron en pie, pero su rostro era seco, su gesto torcido y su actitud errática, casi limitándose a gestionar los asuntos corrientes, sin el brillo que suele acompañar sus duelos. Su entidad le hizo mantenerse a flote, seguir conservando su saque pese a los arrebatos de Griekspoor y forzar un juego de desempate donde se apoyó en su servicio para sacarlo sin problemas.
Con el empate comenzaba un nuevo duelo, pero la atención seguía pendiente en el estado de Djokovic, que acudió al vestuario y que regresó con el mismo tono taciturno. Pero el neerlandés no supo sacar partido y apenas puso al límite al serbio. Con el susto en el cuerpo, Djokovic abandonó la pista central de París para dar paso al danés Holger Rune, sexto favorito, y al alemán Daniel Altmaier para el último octavo del día, del que saldrá el rival del serbio por un puesto en la final.