Al igual que cuando se trata de Rafa Nadal nunca hay que darle por muerto cuando todavía hay algún punto en juego, cuando se habla de Djokovic y de sus lesiones, estas suelen desaparecer antes de lo previsto. Porque el serbio se recupera antes que nadie de ellas.
Y, ahora, ha provocado con su aparición en un gimnasio y sin muletas que Wimbledon y todo los amantes del tenis se ilusionen con su posible participación en el Grand Slam británico.
Ya ganó en el pasado Roland Garros con el menisco de la rodilla derecha roto un partido a cinco sets en los octavos de final ante Francisco Cerúndolo, por lo que el balcánico no entiende de dolores parece.
Tras operarse de la misma y cuando lo mínimo son cuatro semanas o un mes de baja, 'Nole' ya está trabajando en Belgrado sin muletas a falta de dos semanas para que comience la cita en Wimbledon (1 de julio).
El médico que lo operó en París hace 10 días, Antoine Gerometta, ya avisó que sería muy complicado que llegara a tiempo para dicha cita: “Es muy poco probable que esté al 100% dentro de tres semanas", confesaba a L’Equipe.
Y de lo que le encanta desafiar a la naturaleza saben mucho los propios organizadores de torneo, quienes le mantienen, a día de hoy, en la Entry List del Grand Slam.
No obstante, con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, su afán por volver antes de tiempo podría deberse a su deseo por luchar por el oro en París tras haberse quedado con la miel en los labios en Roland Garros.
Una lesión de menisco parece no tener gran relevancia en su mente para Djokovic, algo que no ocurrió cuando en 2017 sufrió una lesión en su codo derecho que le obligó a retirarse de Wimbledon y que algunos apuntaban a que podría acabar incluso con su carrera.
Tras intentar esquivar el quirófano durante varios meses, finalmente, tuvo que operarse. Y tras ello, llegarían sus cuatro coronas consecutivas en tierras británicas (2018, 2019, 2021, 2022) que, junto con otros tantos títulos de Grand Slam, le han convertido a día de hoy en el tenista con más grandes de la historia (24).
A falta de dos semanas para que comience Wimbledon nadie se atreve a descartarlo. Salvo que la renuncia salga de la boca del propio tenista balcánico.