Cuatro empates en sus cuatro últimas salidas -Valencia, Osasuna, Espanyol y Alavés- con sólo dos goles a favor, es una racha capaz de convertir en papel mojado cualquier osado sueño de conquistar LaLiga. El Sevilla FC lleva escrito en la frente un irrebatible atenuante que está en una plaga de bajas que trasciende lo paranormal. No da su brazo a torcer, sólo ha perdido dos jornadas de 27, pero a estas alturas cada punto no sumado es oro que se va por la alcantarilla y, en la posición que está a falta de sólo 11 partidos para el final, hay que pedirle en función de lo que da y no de lo que podría dar en condiciones normales.
Julen Lopetegui tiene espaldas anchas. Cada resultado cuestionable de su equipo se le imputa directamente en su lista de 'debes'. Es evidente que la crítica exagerada no se sostiene, más que nada porque el vasco no engaña a nadie. Juega, con el ya mencionado hándicap de las lesiones, a no descomponerse y a tocar con paciencia hasta que el hueco lo concede el rival. Sabe sufrir. Se mojó con la lluvia fina de Vitoria, pero sin llegar a empaparse por ese 'Txirimiri', ya que tiene un enorme paragüas en Bono. La temporada liguera del Sevilla FC tiene mucho mérito, pero es menester reseñar que el tren de LaLiga no espera a nadie y el de este año está a punto de zarpar.
La lista de bajas sigue creciendo
El once del Sevilla FC en Vitoria fue el esperado, a tenor de sus ocho bajas por lesión. Lopetegui
hizo tres cambios con respecto a la alineación que formó de inicio el pasado domingo ante el Betis (2-1), con los regresos de
Koundé y Ocampos una vez cumplidas sus sanciones y con la novedad de
Gudelj, central de urgencias ante las ausencias de Diego Carlos, Rekik y el polivalente
Fernando, que veremos si vuelve a vestirse de corto esta temporada, ya que las molestias de su tobillo le empujan a plantearse pasar por el quirófano.
La previa del partido estuvo marcada por las lesiones, no sólo por las ocho bajas en la lista de Lopetegui, sino por las noticias que salían acerca de las primeras medidas del club ante la plaga de problemas físicos: este viernes,
el brasileño estuvo en Oporto y cinco compañeros suyos viajaron a Madrid, todos ellos para pedir una segunda opinión. Para colmo, apenas habían transcurrido 10' cuando ya confirmó otra baja para la visita a Vallecas del próximo fin de semana, la de
Joan Jordán, que vio una amarilla que acarrea sanción. Peor aún fue ver a
Marcos Acuña pedir el cambio en el tramo final. Se echó al césped y dijo que no podía seguir. Otro más.
Por su parte, el técnico del Deportivo Alavés, José Luis
Mendilibar, sale con
dos modificaciones sobre el equipo titular en el empate (2-2) en el Coliseum de Getafe.
Se cayeron Loum y Tomás Pina y entraron Toni Moya y Pere Pons para suplirles. Salieron decididos los babazorros, con líneas muy adelantadas y una presión muy fuerte, dificultando la salida sevillista y castigando sin piedad cada pérdida. Apenas necesitaron unos segundos para generar una ocasión de peligro.
Al cobijo de Bono
Estuvo
gigantesco Bono en dos ocasiones. Primero, en el 1', en una salida abajo
a los pies de Joselu, que estaba listo para embocar un centro desde la derecha de Edgar Méndez. Poco después, en el 13', en una estirada para desviar un
potente chut de Luis Rioja. Entre medias, en el 5', Acuña botó un córner desde la izquierda que botó en el corazón del área antes de que
Delaney se revolviese y soltase un zurdazo directo a la red. O eso parecía, ya que la repetición demostró que el remate del danés da en En-Nesyri, que estaba en fuera de juego.
Alberola Rojas, bien colocado, lo anuló de inmediato.
Fue la única acción de peligro en la primera media hora de juego, a la que se llegó con
otro aviso del Alavés: un disparo lejano de Toni Moya que se perdió muy cerca del palo derecho de Bono, que en 40' veía como en una multitudinaria contra local, Edgar volvía a colgarla al área y Escalante se elevaba sin oposición cabeceando fuera por muy poco.
El Sevilla FC lograba correr por medio de sus tres atacantes cuando superaba la primera línea de presión, el problema era que le costaba mucho hacerlo y generalmente se encontraba con demasiados metros por delante como para poder obtener provecho. Se empeñaba en tocar, a pesar de que en uno de los pocos pases a la espalda, al filo del descanso,
Ocampos la bajó y conectó un disparo desviado que buscaba la escuadra.
El mejor del partido, con mucha diferencia, seguía siendo Bono, quien
volvió a lucirse por enésima vez en la reanudación. Primero, aguantó muy bien en el mano a mano con Édgar y luego demostró mucha seguridad atrapando dos centros consecutivos desde ambos costados que llevaban veneno. Sólo Ocampos, que todo balón que se encontraba lo lanzaba contra la portería de Pacheco, intentaba mantener arriba el orgullo sevillista. Del resto, entre poco -detalles y movimientos del Tecatito- y nada.
Lopetegui se desgañitaba y no esperó ni a la hora de partido para
mover el banco en busca de ritmo y fluidez, con la entrada de
Óliver Torres por un apagado Jordán- y
capacidad de remate, con Rafa Mir por un En-Nesyri que no marca con el Sevilla FC desde el 25 de septiembre de 2021 y al que le está costando un mundo recuperar la competitividad, el acierto y la confianza en su juego. Sin embargo, la bienvenida para los jugadores de reemplazo fue una nueva ocasión del Alavés. Pere Pons, con todo a favor, la cruzó en exceso.
Los minutos transcurrían sin que el marcador se moviese, de manera incomprensible desde el punto de vista local, dirán muchos no sin razón. Sucede que,
en esas lides, el Sevilla FC se maneja muy bien. No es la primera vez que se le ve sufrir, resistir en defensa e ir esperando a que a su rival se le acaben las fuerzas para
buscar una buena ocasión y mandar el ave a la cazuela. Con paciencia, sin prisas, como si supiese que el Alavés no va a marcar nunca por muy claras que las tenga (Bono volvió a aparecer ante Joselu).
Sin salirse de su encorsetado plan y, lo que más indigna a algunos hinchas nervionenses,
sin buscar otras vías de ataque alternativas, más allá de la chispa que demostró el canterano Luismi al salir por Ocampos a falta de diez minutos. Hasta el final permaneciendo fiel a una
idea invariable y que le suele salir bien. Ahí están los resultados.
De hecho, la ocasión que buscaba llegó.
La tuvo Munir, en el 89', tras un jugadón de Koundé, que encadenó varios regates en el área y cedió al punto de penalti, donde la defensa local no dejó rematar al hispano-marroquí.
No entró y el precio a pagar es caro. El Real Madrid se puede ir a ocho puntos si gana este sábado en el Santiago Bernabéu a la Real Sociedad. El tren de LaLiga no espera a nadie.
- Ficha técnica:0- Deportivo Alavés: Pacheco; Tenaglia, Laguardia, Leujene, Rubén Duarte; Toni Moya, Escalante; Edgar Méndez (Jason 78'), Pere Pons (Manu García 72'), Luis Rioja (Manu Vallejo 90'); y Joselu.
0- Sevilla FC: Bono; Jesús Navas, Koundé, Gudelj, Acuña (Augustinsson 83'); Delaney, Joan Jordán (Óliver Torres 57'), Rakitic; Tecatito Corona (Munir 83'), Ocampos (Luismi 79') y En-Nesyri (Rafa Mir 57').
Árbitro: Alberola Rojas (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Leujene, Duarte y Pere Pons por parte local y a Jordán, por los visitantes.
Goles: No hubo.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 27 de LaLiga disputado en el estadio de Mendizorroza de Vitoria ante un total de 13.121 espectadores.