Una
eliminatoria copera apasionante, la librada este miércoles en El Arcángel entre un combativo
Córdoba CF y un
Sevilla FC que pasó muchos minutos contra las cuerdas, pero que también fue capaz de generar mucho peligro. Casi todo, parado por un
espectacular Felipe, el meta local, que sólo sucumbió ante
Ocampos y fue ya en la segunda parte de la prórroga de un partido marcado por el emotivo homenaje a José Antonio
Reyes, con su familia presente en el estadio, y por el sufrimiento de Lopetegui al ver que
hasta tres jugadores pedían el cambio por motivos físicos con la eliminación prematura sobrevolando en el ambiente.
El inicio del partido fue muy intenso, con ambas aficiones dejándolo todo en la grada y extrapolando estas sensaciones a un Córdoba que salió con una marcha más que su rival y en el que incluso el exsevillista Simo tuvo en sus botas abrir el marcador gracias a un gran pase de Javi Flores, pero el serbio Dmitrovic, muy atento, atajó abajo su disparo. El marroquí estuvo muy motivado (a veces en exceso) y fue un quebradero de cabeza constante para Montiel. También su compañero Antonio Casas, otro cordobesista formado el la carretera de Utrera.
El dominio sevillista fue aplastante en la prórroga, con el consiguiente paso atrás de los locales, lo que aprovechó Ocampos en la segunda mitad del tiempo reglamentario para controlar en el área un buen pase de Óliver Torres, driblar al meta Felipe Ramos en su salida y marcar el definitivo 0-1 que mantiene vivo al Sevilla en la Copa y acabó con el sueño de un buen Córdoba.
Lo mejor del partido, sin duda, fue el recuerdo al malogrado Reyes. Los clubes entregaron una placa conmemorativa a su padre en un acto en el descanso del choque con el padre del jugador, el presidente del Sevilla FC, José Castro, así como el consejero delegado y vicepresidente cordobesista, Javier González Calvo. Asimismo, se emitió un vídeo de sus mejores momentos en el videomarcador de estadio y todos los asistentes al estadio cordobés le dedicaron un sentido aplauso desde la gradas en el minuto 9, en honor al dorsal que vistió cuando defendía la elástica blanquiverde.