Julen Lopetegui lo intentó hasta con
tres dibujos distintos este frío sábado en Valladolid, pero
en todos tuvo el mismo tachón:
el Sevilla FC anda peleado con las musas. Lo camufla de vez en cuando con arreones de su conocido orgullo, con la pegada de un letal En-Nesyri y con un
Bono al que lo único que le faltaba ya esta temporada era subir a un córner en el 94' y marcar el primer gol de su carrera rescatando un punto sobre la bocina. No le da la espalda la fortuna, pero sí la inspiración. Y
cada día se frustra más por ello. Le falta fútbol, es evidente. No se le puede negar que lo busca; pero parece lejos de encontrarlo y eso afecta a su poder de convicción.
Sólo con fe no da para ganar. A nadie. El Sevilla FC
comenzó teniendo el balón y sufriendo entre poco y nada en defensa, pero sin apenas generar peligro. O al menos, no lo hizo en la proporción lógica de su dominio en casi toda la primera parte. Casi toda, porque la ausencia de sufrimiento fue liberando al cuadro local, que encontró al filo del descanso el camino del gol con un
tanto de Orellana, que batió desde el punto de penalti a un Bono inédito en 43 minutos. Otra vez
Diego Carlos no supo controlar la ingente energía que emana de su privilegiado físico y arrolló a Weissman.
Lopetegui salió en el gélido Estadio José Zorrilla con un once que, por nombres, hacía prever que el dibujo se acercaría más al
1-4-2-3-1 que a su ligera variante del 1-4-3-3 que también plasmó por momentos. Con
tres generadores de fútbol en segunda línea para
intentar dar fluidez por dentro y con un doble pivote escalonado, ya que Gudelj se incrustaba entre los centrales en la salida en estático.
No funcionó y tuvo que pulsar el
botón de 'reset' tras el paso por vestuarios.
Tanto el primer dibujo como el segundo buscaban
resaltar el protagonismo del Papu y Suso, con libertad absoluta para moverse, pero el encuentro cada vez estaba más cerca de lo que quería el
Valladolid, que defendía su renta con corazón y esfuerzo, persiguiendo cada balón como si fuera el último e
incomodando de manera constante. Así que
Lopetegui volvió a dar un volantazo dando entrada a Rakitic, Óscar y De Jong por Gudelj, Rekik y Jordán, para acabar a la desesperada con dos centrales, un único medio, dos carrileros largos y muy abiertos,
tres mediapuntas y dos delanteros en la coctelera.
Éste último boceto era el
caballete de un pintor frustrado al que no le viene la inspiración por mucho que la busca y que
acaba pagando con su paleta su ofuscación, convirtiendo el lienzo en un
ir y venir de trazas sin sentido. A veces, de tanto braceo impotente sobre el cuadro, se logra transmitir algo. Puede que hasta dé para sumar; pero
es evidente que no es así como el Sevilla FC quiere plasmar lo que tiene dentro.
¿Por qué echa tanto de menos a Fernando?
Junto con la alineación titular, Lopetegui dio a conocer la lista de convocados, que había
mantenido en secreto hasta última hora.
No entró finalmente Fernando, que el jueves completó su primera sesión con el grupo y no recibió el alta médica a tiempo. Es difícil explicar por qué y, sobre todo, hasta qué punto
echa de menos al brasileño. Muchísimo. Sin él, se descoloca. Sí estaba Lucas
Ocampos, aunque comenzó como suplente. Joan Jordán y Diego Carlos volvían tras cumplir sanción frente al Elche y los dos lo hicieron directos al once.
Pese al
enfado con LaLiga por no dejarles jugar el domingo, Lopetegui
mantuvo a siete de sus titulares del pasado miércoles. Gudelj repitió de inicio y suplió al brasileño por delante de una defensa con Rekik por Acuña como principal novedad y acompañado de Jordán y Óliver Torres, con Rakitic de regreso al banquillo. El sitio del extremo argentino fue para el Papu -y no Óscar-, encargado de escoltar a En-Nesyri junto a Suso, tirando diagonales para dejar sitio a las subidas de los laterales y
acumular efectivos en el último tercio de campo.
Precisamente,
el Papu protagonizó la primera acción en una jugada descriptiva. El argentino pinchó pegado a la banda un cambio de orientación de Jordán, se internó mientras la subida de Rekik dividía la zaga local y soltó un zapatazo que
Roberto repelió como pudo. Sin hacer nada del otro mundo, el Sevilla FC probó al meta local dos veces en el primer cuarto de hora. La segunda nació de uno de los
clásicos envíos de Navas que 'Air Nesyri' remató volviendo a evidenciar su potente salto vertical, pero le faltó la precisión del miércoles ante el Elche o de Dortmund. El marroquí es el jugador de Primera con más goles de cabeza y su equipo le busca.
Por su parte,
Sergio salió a esperar al Sevilla FC con dos líneas de cuatro muy juntas y tratar de no correr riesgos con la pelota, saltándose rápido la línea de presión con pases en largo y centros hacia sus puntas, que una y otra vez eran repelidos por las torres visitantes, con algún que otro apuro menor pero con sobrada solvencia.
Pero pasaban los minutos sin que el cuadro local sufriese. El Valladolid se mantenía compacto y eso le hizo ir
ganando en confianza para subir la línea de presión, empezar a recuperar en campo rival y a generar inquietantes barullos en el área del Sevilla FC, aunque sin manchar los guantes de Bono. Incluso empezó a
discutir la posesión, desdibujando a los de Lopetegui en una decepcionante y lánguida recta final de la primera parte.
Con todo, el único sobresalto llegó en un error propio. La
enésima pasada de frenada de Diego Carlos y un fallo de cálculo de Rekik, que hicieron un sandwich con Weissman que el árbitro fue a consultar con el VAR antes de señalar un penalti tan claro como evitable.
Orellana engañó a Bono e hizo subir al marcador el
1-0 con el que se llegó al tiempo de asueto.
Por insistencia y por corazón, pero no por ideas
La reanudación dejó un doble cambio de Lopetegui, que también modificó el dibujo en aras de encontrar la profundidad que no tuvo en toda la primera mitad.
Ocampos y Acuña entraron por Jesús Navas y Óliver Torres en un Sevilla FC que formó con los dos argentinos como carrileros, con
Rekik ahora de tercer central. La primera acción de Ocampos no fue muy esperanzadora, intentó salir de la presión con un tacón y la perdió cerca del área. Por suerte, el
disparo de Guardiola salió muy desviado.
Ahora sí, con las
prisas lógicas de verse por debajo en el marcador, el Sevilla FC tenía la voluntad de meterle electricidad a su insulso juego. El problema es que
ahora lo que no tenía era el control de la posesión.
Cuando tuvo el balón no supo herir con él, abusó de la pausa. Y ahora que quería ponerse el cuchillo entre los dientes, le faltaba dominio para ejecutar ese cambio de velocidad. Lopetegui no tuvo más remedio que volver a dar
otro giro de guion con De Jong, Rakitic y Óscar.
Precisamente
Rakitic, al poco de entrar, protagonizó el primer disparo a portería del Sevilla FC en casi una hora de partido. Su tiro desde la frontal, tras dejada y gran acción individual del Papu, salió muy flojo y raso, extremadamente fácil para Roberto. Las dos siguientes fueron de otro recién entrado y mucho más claras: centro pasado de Ocampos desde la derecha y remate algo forzado de
De Jong que el
poste impidió que se convirtiese en el empate; unos minutos después, el gigante neerlandés cruzó en exceso un servicio de Suso.
El objetivo era conseguir
por probabilidad estadística lo que no lograba por claridad de ideas, es decir acumular mucha gente en los últimos 20 metros y encerrar al Valladolid; pero
el acoso era sólo posicional. Las jugadas se reducían a mover el balón para acabar siempre con el mismo recurso previsible de colgar balones e
intentar que alguna de esas piernas cazase algún balón en el área local.
Nadie esperaba que sería Bono, el portero que ya ha sido héroe parando penaltis, el que se encontrase con esa pelota sólo para empujarla y rescatar un punto en el 94'.
Papeleta salvada, pero
sensación más bien agria por ese distanciamiento con las musas. El Sevilla FC quería seguir la estela del podio liguero, pero debía ganar en Valladolid para no perder de vista a un Real Madrid que unas horas antes ganó al Celta (1-3) y para eso hace falta mucho más. Por suerte, tiene colchón para
defender su plaza de Champions -a 10 de Real Sociedad (que se mide este domingo al Barça) y Betis- y ahora viene un parón para recuperar energías y seguir buscando la inspiración.
- Ficha técnica:1- Real Valladolid: Roberto; Janko, Joaquín, El Yamiq, Olaza; Óscar Plano (Bruno 84'), Roque Mesa (Fede San Emeterio 75'), Alcaraz (Míchel 75'), Orellana (Kike Pérez 84'); Sergi Guardiola y Weissman (Kodro 84').
1- Sevilla FC: Bono; Jesús Navas (Ocampos 46'), Koundé, Diego Carlos, Rekik (De Jong 67'); Gudelj (Rakitic 67'), Joan Jordán, Óliver Torres (Acuña 46'); Suso, Papu Gómez y En-Nesyri.
Árbitro: Xavier Estrada Fernández (Comité catalán). Amonestó a los locales Roque Mesa, Olaza y Orellana.
Goles: 1-0 (43') Orellana, de penalti; 1-1 (90+4') Bono.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 28 de LaLiga disputado en el estadio José Zorrilla de Valladolid a puerta cerrada, en una noche muy fría.