La buena imagen ofrecida por el Sevilla F.C. este martes en el feudo del Chelsea refrenda el salto de escalón experimentado por el conjunto nervionense, capaz de
tutear a los grandes de
Europa en términos de competitividad y balance de resultados.
En Stamford Bridge inauguró su casillero de puntos en el Grupo E de la
Champions League 20/21, y lo hizo ante una escuadra renovada y que finiquitó el reciente mercado fichajes con el estatus de club que más ha invertido en
fichajes.
La casualidad o el
brillo puntual quedan lejos, ya que lo visto ante los
'Blues' responde a un cambio de estatus cuando se trata de codearse con la
aristocracia futbolística continental. Julen Lopetegui ha conseguido armar un equipo sólido que no se arruga ante las grandes citas, y los resultados lo avalan. Sin ir más lejos, en la quinta jornada de
Liga, arañó un meritorio empate a uno en el Camp Nou gracias a un tempranero tanto de
Luuk de Jong (que encontró la réplica por obra de Coutinho).
No mucho antes, plantó más que cara Un título que estuvo al alcance de no errar
En-Nesyri un claro mano a mano y que cayó del lado alemán ya en la prórroga (2-1). Para llegar ahí, previamente tuvo que conquistar su sexta
Europa League, un logro que no firmó de cualquier manera, sino enfrentándose hasta a tres grandes en las
rondas decisivas.
En la final, se embolsó el éxito a costa del
Inter de Milán. Pero, ya en semifinales, despachó a todo un
Manchester United (2-1). También en partido único, dada la reprogramación derivada de la pandemia por
coronavirus, se deshizo de la
Roma (2-0) en los octavos de final de la Europa League. Así, de los últimos seis encuentros ante gigantes continentales, sólo ha firmado una derrota y fue en una
prórroga, lo que refuerza la idea del cambio de chip y estatus al que
Lopetegui ha sometido al club.