La UEFA ha reafirmado este jueves que la Supercopa de Europa, título que disputarán la próxima semana Sevilla y Bayern de Múnich, seguirá adelante con aficionados a pesar de que el organismo de control de enfermedades de Alemania ha señalado a Budapest como zona de riesgo por el coronavirus.
El partido del 24 de septiembre será el primer partido oficial de la UEFA con aficionados desde que comenzó la pandemia. Así, Bayern y Sevilla tienen permiso para contar con 3.000 aficionados cada uno en el estadio Puskas Arena, con capacidad para 67.000 espectadores.
El Instituto Robert Koch (RKI) del Gobierno alemán ha emitido una advertencia de viaje debido al número creciente de infecciones por Covid-19 en Hungría que afecta.
"La UEFA está en contacto con el FC Bayern para discutir las implicaciones de la decisión de ayer de las autoridades alemanas con respecto a los aficionados que viajarán", contestó la UEFA.
El Bayern ha ofrecido pruebas gratuitas de coronavirus para sus aficionados con entrada. Una prueba negativa de no más de 48 horas, junto con la entrada para el partido, es obligatoria para poder ingresar al Puskas Arena. Hungría también ha endurecido sus reglas de entrada de visitantes en medio del último aumento de infecciones en el país.
Esta iniciativa del club bávaro, unido a la cercanía de Múnich con Budapest con respecto a Sevilla hará que la hinchada nervionense esté en minoria, que sólo ha adquirido unas 500 localidades de las 3.000 que disponían. El Bayern, por su parte, estará acompañado por los 3.000 hinchas que podía desplazar. La UEFA había autorizado un aforo de 20.000 personas para la final.