Éver Banega se marcha al fútbol árabe, retiro dorado elegido por muchos jugadores. No obstante, su caso es bastante peculiar. Por edad, 'sólo' 32 años, pero sobre todo por estado de forma y talento, el exquisito mediocentro rosarino tiene cuerda para seguir jugando al más alto nivel. Tanto es así que el Sevilla como institución, y Monchi en concreto, intentaron hasta final convencerle para que no se marchase. No obstante, la decisión está tomada y también es muy dolorosa para el futbolista, que ha explicado sus motivos
en una emotiva rueda de prensa de despedida.
"Una toma decisiones en la vida y ésta (en el Al Shabab) son de esas oportunidades que le tocan a uno. Tengo 32 años, es cierto que podría seguir jugando al máximo nivel, pero siento que ya le he dado todo al Sevilla, lo mejor que tenía. Es una oportunidad muy buena para mi familia y para mí y creo que era el momento de salir, con un nuevo título y sintiéndome querido", relataba Banega en una comparecencia telemática en el antepalco del Sánchez-Pizjuán, en compañía de su familia más cercana y de la plana mayor del club: Castro, Del Nido Carrasco, Lopetegui y Monchi, que le insistió mucho para hacerle desistir de su intención de salir.
"Sí, siempre se habló (de seguir). Tuve contactos con Monchi, pero ya estaba todo firmado y me entendieron. Cuando se supo que me iría, sentía que tenía que dejarme todo en la cancha hasta el final y tratar de traer esta copa a Sevilla y que la gente, con todo lo que está pasando, pudiera disfrutar con nosotros", ha recordado el internacional albiceleste, de quien muchos dudaron cuando se supo su marcha al fútbol saudí a falta de varios meses para el término de la temporada 19/20.
Banega se va satisfecho del legado que deja: "Sinceramente no pensé que iba a jugar tantos años y partidos. A medida que pasaba el tiempo descubrí que estaba en un club ganador. Me quedo con todas las personas que componen este club y con la unión de este vestuario, así se forjan los equipos campeones. Es un club que te da mucho cariño y te enseña muchos valores. Me ha dado mucho, me ha hecho mejorar en todos los aspectos y aquí aprendí a jugar de una forma que no había hecho en mis otros equipos".
"Se va un Banega más maduro, me hicieron saber que si me esforzaba y trabajaba podría superar todos los obstáculos. Gracias al club y a todos mis entrenadores me voy hoy de esta manera", ha añadido el centrocampista, que no descarta volver algún día a Nervión después de destacar Monchi el buen ojo que tiene para analizar rivales: "Es muy temprano para saber eso. Es verdad que me gusta mucho el fútbol. De momento pienso en jugar y el día de mañana seguramente estaré ligado con algo de esto".
Los recuerdos en Sevilla son numerosos y muy buenos. Le cuesta quedarse con uno solo, pero, si le obligan a elegir, se queda con la final de Varsovia, la de la cuarta Europa League del club, justo antes de marcharse al Inter. "Sinceramente, hay muchos partidos que quedan en mi memoria, pero me quedo con la final ante el Dnipro, mi primera final. Compartí terreno de juego con José Antonio Reyes, que por desgracia hoy no está con nosotros pero que también nos ha ayudado mucho a ganar la sexta Europa League".
Banega cree que deja un equipo preparado para luchar por aquello que se proponga, por quimérico que pueda sonar en un principio: "El Sevilla siempre está preparado para pelear por todo. Es difícil, hay que ser muy regular para ganar una Liga, pero gran plantel, fichado grandes jugadores y no tengo dudas de que va a dar el máximo en todas las competiciones". "Creo que se merecía estar en Champions después del trabajo de toda la temporada y es un equipo grande, que está creciendo cada año y que, si sigue así, no tendrá techo", ha augurado.
En todos sus buenos auguríos hay una persona clave, Julen Lopetegui. "Es una persona muy frontal, muy directa. Una de las bases de este año es la unión del grupo y eso lo ha logrado él. Llegaron muchos jugadores nuevos y parecía que llevaban aquí toda la vida. Esa unión es lo que te enseña este club", ha remarcado antes de devolverle el testigo a su antecesor y ahora sucesor en la sala de máquinas blanquirroja: Ivan Rakitic.
"No hay ninguna duda de que lo va a hacer muy bien, porque es un jugador de talla mundial. Le deseo los mejores de los éxitos. Cuando él se fue al Barcelona llegué yo y ahora le devuelvo su sitio", ha concluído Maximiliano Éver David Banega. Uno de los mejores jugadores que ha tenido el Sevilla a lo largo de su extensa y cada vez más laureada historia. No podía salir de otra manera que por la puerta grande y dejando lágrimas por su adiós y gratitud eterna a su decisiva contribución en los logros más recientes.