Después de los ensayos, de saltar sobre tierra firme, de probar el material y testar las diferentes fórmulas posibles, el
Sevilla de
Lopetegui se asoma al horizonte para lanzarse y tratar de emprender el vuelo tras una pretemporada que en su mayor parte ha dotado al proyecto de las alas de la ilusión pero que en las últimas citas evidenció a tiempo que había que realizar reajustes. Para ello, el técnico nervionense ha dispuesto de una semana de trabajo a la vez que le han brindado una pieza nueva con la llegada de
Rony Lopes, que ha entrado en la lista, y se ha consumado la pérdida esperada de
Ben Yedder. Marcha que, a la espera de un posible recambio en el mercado, no ha impedido que Lopetegui deje fuera en la primera lista oficial a uno de sus dos nuevos delanteros,
Dabbur, por lo que la punta la ocupará con casi toda seguridad
De Jong.
Y es que la preparación ha ofrecido muchas pistas sobre el once del vasco, que, a expensas de que
Monchi complete el cuadro, presenta pocas incógnitas. Las únicas, a priori, se encuentran en el compañero de
Diego Carlos, entre
Koundé y
Carriço, y en quién cubrirá la ausencia del sancionado Banega para formar en la medular junto a
Fernando y
Jordán. Optan ‘
Mudo’ y Óliver, ya dependiendo de lo que pretenda proponer el entrenador en un estreno con aristas ante un Espanyol más rodado al llevar casi un mes compitiendo en las fases previas de la Europa League a las órdenes de su nuevo técnico, David Gallego, y con actuaciones solventes. Eso sí, afronta el inicio liguero pocos días después de quedarse sin su goleador
Borja Iglesias, que ya sumaba tres goles oficiales, y sin que haya tenido tiempo para reclutar a un sustituto.
Punto a favor de un
Sevilla que busca en
Cornellá ese impulso necesario para un equipo profundamente renovado y con el sello del gran artífice de los títulos.