Una de las claves para evitar perderle dinero a un jugador está en
desprenderse de él rápido si, por lo que sea, no funciona. Óscar Arias, como solía hacer Monchi,
estuvo atento en el caso de un Walter Montoya que arribó en enero de 2016 a Nervión tras brillar en Rosario Central.
Los nervionenses
se adelantaron a Boca Juniors y River Plate a la hora de hacerse por su pase, por el que el club nervionense desembolsó
5,5 millones de euros. Como Arana, al llevar un tiempo sin competir y arribar a una liga muy distinta, el argentino tardó mucho en entrar en los planes de Jorge Sampaoli, hasta acabar la temporada
casi sin competir como blanquirrojo.
En Nervión
se llegó a barajar en verano la posibilidad de cederle a otro club español, para que se aclimatase estando muchos minutos sobre el campo, pero Eduardo
Berizzo le transmitió a Arias que el 'Chaque' entraba en sus planes. Y, no en vano, empezó siendo titular, por delante de jugadores como Jesús Navas o Pablo Sarabia. Lo extraño es que, conociéndolo,
le situase como extremo derecho y no como interior, su posición natural. El peso terminó cayendo del lado de la lógica y Montoya comenzó a desaparecer de las alineaciones, primero, y de las convocatorias, después.
Su salida en enero estaba cantada.
El Sevilla recibió muchas ofertas, sobre todo para préstamo, pero la dirección deportiva entendió que, llegados a ese punto, Montoya no iba a poder mostrar en Nervión lo que se le había visto en Rosario, por lo que
Castro apuntó a la venta como única posibilidad. Y apareció
Cruz Azul, un club de renombre en un liga, la mexicana, donde se mueve mucho dinero. Así, los 5,5 millones invertidos fueron recuperados.
Pero ¿cómo le ha ido Montoya desde que se marchó del Sevilla? La realidad es que no muy bien. Es más,
al ser el fichaje estrella de la temporada y portar el dorsal '10', se está conviertiendo en el centro de todas las críticas en un equipo muy criticado, por su pésimo inicio de temporad. Tras
362 minutos sobre el césped y saliendo ya los dos últimos encuentros como suplente y no de incio, ha firmado
cero goles y cero asistencias.
Él tiene una explicación particular, según recoge
Marca Claro: "Yo no jugaba hace cuatro meses en el Sevilla,
no pisé una cancha en cuatro meses y para un jugador es muchísimo. Yo no conocía a los jugadores y así me metieron a jugar ante Chivas, y la verdad eso es fuerte, pero por las ganas que tenía no pude decir que no, creo que eso me jugó un poco en contra, fui de más a menos, tenía que ser al revés y en estos últimos tres juegos, en los que no voy desde el arranque, debía ser así. Uno saca sus propias conclusiones y tenía que hablar, pero yo me acuesto en las noches en la almohada y duermo tranquilo,
mi cabeza está tranquila por más cosas que se hablen, no me entra ni una bala". Y eso que le están 'disparando' mucho...