Por todos es sabido que la afición de Anfield, y por extensión todas las del fútbol inglés, es bien conocedora del juego, de la esencia del deporte y muy respetuosa en su estadio. Los ingleses volvieron a dar una muestra más de buen comportamiento y saber estar al reconocer los ánimos que los seguidores sevillistas transmitieron a su equipo durante el encuentro inaugural de la Liga de Campeones que enfrentó al Sevilla contra los 'Reds' y que acabó con empate a dos goles.
Y es que el Sevilla no estuvo en ningún momento solo en el histórico feudo inglés. Desde el instante en que el colegiado holandés Danny Makkelie decretó el comienzo del choque, los hinchas blanquirrojos se volcaron con los suyos, a los cuales no abandonaron. Tampoco desistieron con el marcador en contra, ni siquiera cuando los locales más apretaban en busca de la sentencia.
Al final, todos los esfuerzos no fueron en vano y el empate anotado por Joaquín Correa en la recta final dejó un buen sabor de boca a la hinchada al oír el pitido que daba por finiquitada la contienda.
Anfield también revivió, como ocurriera en la final de la Europa League que disputaron ambos conjuntos, la batalla de los himnos, confrontando el 'You´ll Never Walk Alone' del liverpool con el del Centenario nervionense.
Un detalle claro del respeto que se tuvieron las aficiones durante los 90 minutos, y también en los prolegómenos del encuentro, fue que, al término del mismo, la hinchada local se levantó de sus asientos y aplaudió a la sevillista, reconociendo, así, el esfuerzo que había hecho para que su equipo consiguiera un punto.
Mucho respeto. Esencia de lo que debe rodear al deporte.