Por fin, el 'bielsismo' se abre paso en Nervión. El 'Amateurismo' quizás pueda ser valorado como un acercamiento, pero la realidad es que si existe algún discípulo 'autorizado', ese no es otro que
Eduardo Berizzo, técnico sevillista para las dos próximas temporadas.
Después de ganar las dos primeras
Copas de la UEFA, con
Juande Ramos al frente, en la planta noble del Pizjuán buscaron un atrevido giro de timón con la contratación de
Marcelo Bielsa. Corría el verano de 2007, antes de que el manchego diera la 'espantá', y el argentino estuvo "muy cerca" de aterrizar.
Así lo reconoció en su día
Monchi, su gran valedor, que volvió a intentar su fichaje en vano años después, en 2011, buscando al menos aprovechar su legado con la contratación de
Jorge Sampaoli el verano pasado.
El de Casilda, un fiel seguidor del
'Loco', llegó con un ambicioso discurso que hablaba de un fútbol "extremadamente ofensivo", pero sus palabras no siempre se reflejaron sobre el césped. Es más, el propio
Bielsa renegó hace no mucho de su admirador. "
Sampaoli no es discípulo mío, él es mejor que yo. Yo no cedo en mis ideas, él sí", afirmó de un modo irónico.
Y es que, realmente,
Bielsa nunca trabajó con el actual seleccionador argentino, lo que sí hizo con el 'Toto', que siempre ha reconocido el papel crucial que ha jugado en su carrera el 'Loco', de quien afirma que fue "una especie de guía" que le enseñó "que nada está aprendido, que todo está por descubrirse".
Una lección que le trasladó primero como jugador, haciéndole debutar como profesional con
Newell's Old Boys, y más tarde como entrenador, al darle la alternativa como su ayudante en la selección de
Chile durante 46 partidos, tras colgar las botas en el
Cádiz.
Pero además de una apuesta por el fútbol de presión y toque de ascendencia 'bielsista', entre el 4-3-3 y el 4-2-3-1,
Berizzo llega también con su concepto de la disciplina y de principios jerárquicos irrenunciables, como los que mostró la pasada temporada en el
Celta. Antepuso la disciplina al papel estelar de
Orellana, le apartó del equipo, propició su salida hacia
Valencia y le salió bien al confiar en el grupo y darle la batuta del protagonismo a jugadores integrados y comprometidos con su modelo como
Iago Aspas o
Guidetti.
Berizzo, como
Bielsa, es hombre templado que bien puede responder al perfil de mano de hierro en guante de seda; cree en su apuesta y la lleva hasta el final; no concede entrevistas y siempre ha hecho gala de llevar el control del vestuario y de los partidos, en asumir el protagonismo.
Sin embargo, y también como el 'Loco', es versátil y relativiza porque considera, entre sus muchas reflexiones sobre lo volátil y caprichoso del fútbol, que "nada está aprendido" y, "a veces, el resultado lo confunde todo, tanto para un lado como para otro".
Pero al fin y al cabo, lo importante son los resultados, y los suyos no son nada malos. En total, ha afrontado 232 encuentros como entrenador, entre
Estudiantes (16), el
O'Higgins chileno (68), con el que se proclamó campeón por primera vez en su historia, y el
Celta (148), con un total de 99 victorias, 57 empates y 76 derrotas. O lo que es lo mismo, un 42,6% de triunfos y un 67,2% de citas invicto.