Es evidente que el
Sevilla tiene un problema con sus ultras. Sus cánticos ofensivos contra los rivales le han costado al club un buen puñado de euros en los últimos años. Y viendo cómo cada semana es denunciado por el mismo motivo, estaba cantado que
Competición acabaría tomando la determinación de cerrar de forma parcial el
Sánchez-Pizjuán, tras ser amenazado esta misma campaña con la misma sanción por los gritos proferidos en el encuentro ante el
Málaga.
El ruido mediático de los insultos a
Sergio Ramos en el choque de
Copa ante el
Madrid, sin embargo, parece haber colmado la paciencia de quienes tratan de erradicar la violencia verbal o física del fútbol, constatándose que han tomado al
Sevilla como conejillo de indias para señalarlo con un castigo ejemplarizante, pese a elogiar en cada resolución que el club blanquirrojo adopta todas las medidas de seguridad necesarias para evitar este tipo de situaciones.
El agravio comparativo es evidente, tanto como los insultos que se escuchan en
Nervión. Esta campaña, de hecho, el
Valencia sólo ha visto cómo
Mestalla era apercibido de cierre después de que una botella impactara en los jugadores del
Barça, mientras que al
Depor sólo le llegan multas económicas por las pancartas de los
Riazor Blues que se ven cada semana en
Riazor.
También se siguen viendo las de otro grupo calificado de violento como el
Frente Atlético -no así las de los
Biris-, y además sigue sin haber noticias de los cánticos de "puta Sevilla" que se escucharon en el Vicente Calderón el pasado sábado.
Por todo ello, es lógico que el club de Nervión haya anunciado que recurrirá ante
Apelación y, en su caso, a instancias superiores como el
TAD y el Juzgado de lo
Contencioso-Administrativo, si bien no parece sencillo que pueda librarse de un castigo que sería histórico, ya que nunca antes en España se ha cerrado un estadio, ni de forma parcial ni total, por insultos.
Rebaja a 3.000 euros la multa por cánticos ante el MálagaEl
Sevilla recibió ayer la resolución del
Comité de Apelación ante el recurso interpuesto contra el dictamen de
Competición, que estimó parcialmente sus alegaciones y descartó la propuesta inicial del cierre parcial de Gol Norte por insultos corales en el choque ante
Málaga, sancionando al club con una multa de 50.000 euros que ha sido reducida ahora a 3.000. Pese a ello, la entidad va a acudir al Juzgado de lo
Contencioso Administrativo al entender que dicha multa carece de fundamento, como viene haciendo con todos los expedientes por cánticos.
El Sporting evitó en el TAD la misma sanciónLos servicios jurídicos del
Sevilla pueden encontrar un ejemplo positivo para sus intereses en lo sucedido esta misma campaña con el
Sporting. El club de Gijón también fue sancionado con el cierre parcial de
El Molinón por los insultos racistas contra
Iñaki Williams, del
Athletic, en la primera jornada de Liga, pero finalmente consiguió que el castigo quedara en una multa económica al prosperar su recurso ante el
Tribunal de Arbitraje Deportivo.
En esa ocasión, eso sí, el
TAD fundamentó su decisión en la inexistencia de sanciones impuestas al club asturiano por infracciones similares esta temporada. No es el caso del
Sevilla, cuyas alegaciones sí evitaron ya el cierre por los cánticos contra el
Málaga.