En un ejercicio de rebeldía contra el orden establecido, el Sevilla ha irrumpido con descaro en un escenario copado habitualmente por
Real Madrid y
Barça, y ha consolidado su posición en una carrera reservada para la superioridad económica de los dos poderosos del fútbol español.
Los nervionenses se han revuelto contra la lógica y desafiado el 'statu quo' con una primera vuelta superlativa, en la que han batido su propio récord, con 42 puntos que le han permitido alcanzar el ecuador en la segunda plaza, por delante de los catalanes y a una sola unidad de los de
Zinedine Zidane.
Estos guarismos avivan el sueño de pelear por el título y de convertirse en el cuarto equipo en el nuevo siglo capaz de arrebatar la gloria a los de siempre. No en vano, repetir los números de la primera parte del campeonato le situaría con unos
84 puntos que, posiblemente, lo mantendrían en la pugna, aunque es probable que se necesiten unos 90 para disponer de opciones de firmar la hazaña.
Precisamente éste fue el puntaje que coronó al último rebelde de la
Liga, un
Atlético que, en la 13/14, rompió la supremacía de azulgranas y madridistas, y que se erige en la referencia para los de
Sampaoli. Así, el equipo de Simeone es el único de esta raza de campeones que afrontó el segundo giro del torneo con una cifra muy por encima de la del
Sevilla, con 50, para luego bajar su rendimiento y firmar 40, ya que el resto registró números muy similares y, en la mayoría de casos, inferiores a los de los hispalenses. En este sentido, supera los 37 del
Deportivo que ganó la
Liga en la 99/00, con un total de 69 unidades, y también al
Valencia de la 01/02, en la que llevaba 33 tras 19 jornadas, para finalizar con 75, merced a una gran segunda vuelta de 42 puntos.
El caso más similar al sevillista se produjo dos campañas después, también con los ches de protagonistas, pues, a estas alturas, sumaban 43 en un curso poco exigente, ya que les bastó con 34 en la continuación y 77 en total para apuntarse el título. Con sólo un punto menos que ese
Valencia, el Sevilla precisará probablemente mejores prestaciones que los levantinos para optar al sueño de levantar la segunda
Liga de su historia y que su rebeldía marque una nueva época en el fútbol español.