España se ha despertado este lunes 15 de julio con la resaca de una celebración histórica por la conquista de la Eurocopa de Alemania, la cuarta en la historia de la selección nacional, que se convierte de este modo en la que más títulos continentales ha levantado en la historia. Una alegría que ya comenzó horas antes con el triunfo de Carlos Alcaraz en Wimbledon. Sin duda, una jornada deportiva inolvidable que queda inmortalizada en las portadas de la prensa tanto general como deportiva.
La final disputada en Berlín fue una nueva exhibición de fe ante cualquier campeón del mundo que enfrente se le pusiese, levantándose la 'Roja' al empate de Inglaterra y la lesión de su líder, Rodri, golpeando primero con el gol de Nico Williams, empatada por Palmer como castigo a un error y volviendo a tocar la gloria doce años después con el gol soñado de Mikel Oyarzabal, para ser la única selección que conquista cuatro ediciones de la Eurocopa.
España ya había ganado antes de la final. Volver a enganchar al país a su selección. Ponerse la camiseta con el mismo orgullo con el que se presumía en la mayor etapa de gloria entre 2008 y 2012. Parecía inalcanzable pero la conquista de la Liga de Naciones engrandecida por la Eurocopa, sitúa a la nueva generación en otro camino de gloria impensable en la travesía de once años que separó puntos de éxito.
Nadie antes que España protagonizó un camino a la gloria de similar magnitud. Derrotando a cada campeón del mundo desde un absoluto convencimiento en su fútbol. Visualizando el éxito antes de protagonizarlo. Entendiendo acciones del juego decisivas en cada partido. Ante Inglaterra fue un examen a la paciencia para no perder su orden y a la adaptación a su capacidad de amoldarse a distintos registros. Y le costó hasta llegar a desfigurarse en el primer acto. Sin encontrar en los extremos el peligro que sentía seguro con Yamal y Nico. El reencuentro fue letal.
Y si la selección española manda en Europa, Carlos Alcaraz es el rey del tenis mundial. Se puede decir con la boca muy grande, porque lo conseguido en Londres demuestra exactamente eso; el murciano ha arrasado al mejor jugador de la historia, Novak Djokovic, y es por segundo año ganador de Wimbledon. Mientras el año pasado lo pasó muy mal para vencer en cinco sets, este domingo fue otra historia. Aprovechando que el serbio llegaba mermado tras haber pasado por el quirófano hace poco más de un mes, atacó sus debilidades, y en poco más de dos horas y tres sets, se alzó con el cuarto Grand Slam de su carrera, el segundo en algo más de un mes.
Las portadas de la prensa deportiva del 15 de julio de 2024.