Tadej Pogacar es el mejor ciclista del mundo, no por mucho diferencia, porque estamos en una de las eras más brillantes del deporte de la bicicleta, pero lo que ha conseguido el esloveno a sus solo 25 años es algo que se ha visto muy pocas veces. Este domingo ha hecho de la Lieja-Bastoña-Lieja su jardín, para conquistar por segunda vez la decana de las grandes pruebas de un día, en la que ha sido la sexta vez que levantaba los brazos en un monumento. En Las Árdenas no ha tenido rival, y una vez que ha atacado a algo más de 30 kilómetros de meta estaba claro que no se le iba a escapar. Así ha conseguido resarcirse de la caída que sufrió en 2023, que le provocó una fractura en el escafoides y le impidió llegar al 100% al Tour de Francia.
El esloveno, ya vencedor en Lieja en 2021, ganó la carrera con una ventaja de 1:39 sobre el francés Roman Bardet y 2:02 sobre el neerlandés Mathieu van der Poel, su gran rival sobre el papel, y quién tras exhibirse en Flandes y Roubaix ha probado suerte en un evento que a priori le iba mucho peor por sus características, pero aún así ha subido al podio. El del Alpecin encabezó el pelotón el podio tras remontar después de verse retrasado por una caída colectiva.
De hecho carrera estuvo marcada por esa caída, que lastró a los principales rivales de Pogacar, entre ellos Van der Poel, quién se vio sorprendido por el accidente y pronto se encontró a más de un minuto de la cabeza, ya encabezada por el UAE de Pogacar. Quién también se vio afectado fue el británico Thomas Pidcock, ganador hace siete días de la Amstel Gold Race. Este grupo descolgado llegó a estar a 1:30 de los líderes antes de conseguir enlazar con el pelotón.
Hasta entonces, la Lieja-Bastogne-Lieja había transcurrido plácidamente. Pero la caída masiva, a falta de 95 kilómetros y antes de las subidas a Wanne, Stockeu y Haute-Levée, cambió el devenir de los acontecimientos. Pero tras reestablecerse la normalidad en el grupo cabecero hubo unos kilómetros de sosiego, hasta que 'Pogi', lanzó el ataque definitivo en la Redoute, a 34 kilómetros de la meta. Pese a la fuerte lluvia que endureció las condiciones en la Doyenne durante algunos momentos del final de la carrera, el prodigio esloveno se dirigió hacia la meta sin aparentes dificultades para conseguir su segunda victoria en Lieja. Tras él llegó un Bardet que supo moverse cuando nadie lo esperaba y llegó con más de 20 segundos sobre el grupo del resto de 'capos' donde Van der Poel fue el más rápido en un ajustado sprint. Así Pogacar firmó su victoria número 70 como ciclista profesional y la séptima de la presente temporada, tras la Strade Bianche a principios de marzo y cuatro etapas y la general de la Volta a Cataluña.