Ryan García soprendió a muchos cuando durante la madrugada del pasado domingo vapuleó al invicto y campeón del peso Superligero Devin Haney en el Barclays Center de Brooklyn, Estados Unidos. El púgil de Los Alamitos, que se había visto envuelto en varias polémicas en los últimos meses y que volvió a ofrecer uno de sus 'espectáculos' en la previa de la pelea, derrotó por decisión a su rival, que le ganó algunos 'rounds', pero al que derribó por tres veces en el cuadrilátero.
García, que según se ha sabido luego ganó 12 millones de dólares apostando por su victoria, no se mostró más comedido en su celebración y lo hizo fumando marihuana y bebiendo alcohol. "No me importa una mierda lo que la gente diga de mí. Yo caminé en medio del fuego, y aun así le gané a Devin Haney, y aun así sigo bebiendo todos los días, y le gané. No es algo de lo que me sienta orgulloso, pero es una demostración de que ustedes no me pueden destruir", afirmaba un desafiante García.
Lo que no se pudo llevar a casa 'King Ryan' fue el cinturón de campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). El púgil de ascendencia mexicana dio sobrepeso -1,4 kilos de más- en el pesaje del día previo y, aunque la pelea siguió para adelante, se quedó sin opciones de proclamarse por primera vez campeón oficial.
Eso abre la puerta a una revancha, algo que ya ha pedido el derrotado, Devin Haney, aunque antes debería ir otro combate que está a la espera. Su derrota ante Ryan hace que retenga el título y que ahora, si la lógica impera, lo ponga en juego ante el retador oficial: el español Sandor Martín.
Ya en su día debió tener preferencia sobre Ryan García, pero Haney prefirió el dinero que le podía dar esta pelea a defender su cinturón ante el español. Y ahora, ya está pensando en la revancha. "No tengo nada roto... He peleado como un auténtico campeón. Me levanté de la lona y seguí peleando. Estoy bien al 100 % y me encantaría volver a hacerlo mientras ambos llegamos al peso", señaló Haney tras la pelea, lanzándole un dardo a Ryan García sobre su sobrepeso, en una sesión de pesaje en la que el a la postre ganador dio el 'espectáculo' bebiéndose una cerveza.
"Fue una buena pelea. Pero tenemos que tomárnoslo con calma. Queremos la revancha. Vamos a mantener la cabeza alta, el pecho fuera, la barbilla alta. Eso es lo que significa ser un Haney", añadía el padre, entrenador y mánager de Haney, Bill.
El problema de esta revancha es que, primero, Ryan García quiere subir de peso. Y, segundo, Sandor Martin asume que ya ha tenido su combate para la galería y que ahora tiene que mirar al ránking. Y pide paso.
En la previa de la pelea, según publicó el periodista británico Michael Benson, el promotor Eddie Hearn dejó claro que le habían avisado a Devin Haney que, después de la de Ryan García, de ganar -o retener el título-, tenía que defender su cinturón ante Martín si no quería que la WBC le obligara a dejar vacante el cinturón por no afrontar a su defensa obligatoria. Si quiere a García, primero deberá superar otra prueba, con un español enfrente.