El pádel está de dulce, y es que tras la separación de Juan Lebrón y Ale Galán parecía que nadie iba a tener la fortaleza necesaria para hacer frente a los número 1, que llevaban varias temporadas imponiéndose con solvencia en la mayoría de torneos, salvo en contadas ocasiones en las que los ex dominadores resucitaban, o algún torneo suelto en el que los Superpibes salían a la palestra. Sin embargo, desde el cambio y la unión de Ale Galán y Fede Chingotto todo ha cambiado. El español y el 'ratón' se han convertido en una dupla muy segura, que se adapta a la perfección y que cada vez está más cómoda, por lo que la rivalidad que están empezando a tener apunta a ser histórica.
Venían de perder en Sevilla en un partido tan agónico como polémico, pero a Coello y Tapia no les pesó en el primer set de la gran final de Asunción, en la que mostraron sus credenciales por la vía rápida, con un 6 a 1 que demostró que Galán y Chingo no se habían levantado bien y necesitaban más tiempo para entrar al partido. Muchos errores, un Galán poco afortunado en la definición y Chingotto corriendo, pero con falta de confianza.
Pero fue eso, un set, ya que en el que se rehicieron a la perfección, y en el segundo, gracias a que de repente volvieron a fluir. El madrileño sacó la pegada que durante tantos años le ha hecho dominar el circuito, y que junto a su nuevo compañero sale a relucir más aún, ya que si por algo destaca el menudo argentino es por su domino del espacio, cubriendo toda la pista y dejando a su pareja para rematar. Esto les llevó al 6 a 3 y dejó todo para la última manga.
Aquí los primeros favoritos reconectaron para ponerse con dos a cero, pero la reacción fue brutal, hasta el punto de que Chingo y Galán iban 3 a 5 y con saque para cerrar el duelo, momento en el que Coello resucitó y a base de grandes golpes y la ayuda de un Tapia inconexo, se pusieron por delante, lo que llevó a la final al tiebreak. En el desempate, entre puntazos y fallos por cansancio, se impuso la experiencia en jugar juntos en estos momentos y los jóvenes se tomaron la revancha. Eso sí, por la forma de celebrarlo, mucho más pasional de lo que acostumbran, demostraron que no confiaban y que ahora sí, ha nacido una rivalidad en el Premier Pádel.