Alerta roja con Mireia Belmonte

A falta de poco más de cuatro meses para los Juegos Olímpicos y menos de tres para el clasificatorio, las opciones de Mireia Belmonte de estar en París 2024 son prácticamente nulas, y va a necesitar casi un milagro para lograrlo

Alerta roja con Mireia Belmonte
Mireia Belmonte disputando una competición con la selección española - Cordon Press
Francisco SalasFrancisco Salas 3 min lectura

Los Juegos Olímpicos de París son la gran cita deportiva de este 2024 y en ellos España va a buscar mejorar lo que hizo tanto en Tokio como en Río, y para ello va a necesitar que una de las mejores deportistas de toda su historia, Mireia Belmonte, recupere su mejor forma física. La ganadora de cuatro medallas, un oro y un bronce en Río y dos platas en Londres, además de que en la capital japonesa se quedó a las puertas -solo 23 centésimas- de un nuevo bronce; pero ahora está muy lejos de ser la que fue, sobre todo debido a las lesiones que la han 'fastidiado' todo el ciclo olímpico, sobre todo en el supraespinoso del hombro, que ya le impidió seguir compitiendo en su prueba estrella, la mariposa y la obligó a centrarse en los libres y los estilos.

A sus 33 años tiene entre ceja y ceja el sueño de despedirse en las aguas parisinas, algo que ya comentó hace tres años, en la zona mixta de Tokio, tras su cuarto puesto en los 400 estilos, pero por el momento, esto no es más que un sueño, que parece bastante lejano. Este pasado fin de semana volvió a la competición en el Championnats de Ligue Juniors – Seniors de Nimes, Francia, donde más que en busca de medallas, algo relativamente fácil por la baja competencia existente, lo que quería era ir sumando metros y sensaciones de cara al momento de la verdad, que serán las pruebas de selección que se disputarán en Palma de Mallorca entre el 18 y el 22 de junio.

Por lo pronto Mireia nadó en la ciudad francesa las pruebas de 400 libres y 200 estilos, y pese a que en ambas rascó medalla, el tercer puesto en la larga y el segundo en la combinada, su rendimiento fue preocupante. Especialmente en la segunda, que es en la que aspira a estar en los JJOO. En la final su tiempo fue de 2:20.07, muy lejos de la mínima olímpica, situada en 2:11:47 e incluso de la mínima de consideración, que está en 2:12.13. A falta de poco menos de tres meses, parece algo que bordea lo imposible el mejorar el tiempo e ocho segundos, pero falta por saber cuanto guardó la leyenda, y el factor de su propia competitividad, que puede ayudar a que de repente todo fluya en Palma, y por qué no, en París, aunque ahora mismo parezca una quimera.