Alpinismo

El Khan Tengri, 'territorio Quesada'

El Khan Tengri, 'territorio Quesada'
- Juan Miguel J. Randado
Juan Miguel JiménezJuan Miguel Jiménez4 min lectura
El esquivo y majestuoso leopardo de las nieves, félido en peligro de extinción que habita al filo de lo imposible, brinda su nombre al actual proyecto de la alpinista sevillana Lina Quesada. Creado en 1967 por el gobierno de la Unión Soviética para conmemorar el cincuentenario de la Revolución de octubre de 1917, requiere la ascensión de las cimas más altas de la zona: Lenin (7.165 m), Korzhenevskaya (7.105 m), Ismail Samani o Pico Comunismo (7.495 m), Pobeda (7.439 m) y Khan Tengri (7.010 m).

Este último sietemil, ubicado en la frontera entre China, Kazajistán y Kirguistán, figura en el currículum de la hispalense desde el pasado 7 de agosto, logro que une a las conquistas previas del Pico Lenin (2013) y el Korzhenevskaya (2016). “No es el tipo de montaña que hago habitualmente. Al ser un terreno vertical, no puedes cometer fallos. No te puedes meter con viento fuerte”, relata Quesada, que pone en valor el sacrificio añadido del montañero de 'a pie'.

Nos jugamos la vida como un profesional, pero nos tratan como si fuéramos aficionados. Todos ven sólo la sonrisa de la cumbre; detrás hay traslados con cargas pesadas, malabares para la financiación... Empiezo el viaje reventada”, apunta con buen humor pese a las dificultades en las expediciones.

Una de ellas pasa por ajustar el calendario en sus períodos vacacionales. “Los que no tienen que trabajar cuentan con esa ventaja, que pueden prolongar su estancia lo que quieran. Gente como Kilian Jornet, que tiene el respaldo de patrocinadores. Nosotros vamos con un día tope y viajamos con la posibilidad de que la meteorología juegue en contra”, revela la sevillana.

De hecho, la propia adquisición de los billetes de avión pende de un hilo en sus remotos desplazamientos. “Como me paso todo el año entrenando y esquiando, no me puedo arriesgar a comprarlos en marzo, por si por ejemplo me parto una pierna o algo así. Al final los compro en julio, cuando salen mucho más caros”, confiesa la alpinista, que ya guarda en su memoria los recuerdos de un Khan Tengri que deja huella.

“Se notan los tonos rojizos de la montaña al caer el sol. Al amanecer también hice fotos al Pobeda, que se ve también dorado. Para mí ha sido un descubrimiento fantástico esta zona. Son unas montañas alucinantes, desconocidas...”, reconoce sin parar de pensar ya en su próximo reto. “Me decanto ahora por el Pico Comunismo, el Pobeda es el más difícil y prefiero dejarlo para el final”. Pero eso tocará el verano que viene, cuando vuelva a jugársela.

Alaska, un recuerdo imborrable de la sevillana
Aunque las montañas que exige el Premio Leopardo de las Nieves son, por su entorno y su 'discreción', una debilidad de Lina Quesada, su recuerdo de Alaska permanece en un lugar especial. “Cuando hice el Denali pude sobrevolar Alaska en avioneta para llegar. Es una de las cosas que más me han gustado en todos estos años”, confiesa la alpinista hispalense.

Encerrada durante días por culpa del tiempo
Una de las anécdotas que se lleva Lina Quesada de su expedición al Khan Tengri guarda relación con la meteorología, ya que el temporal les jugó una mala pasada. “Tengo en la cabeza un montón de historias. Una de ellas es que estuvimos ocho días encerrados (con su compañero Francisco Javier Píriz) en el Campo 3. Es una falta de intimidad total”, admite la montañera.