Estadio Deportivo5 min lecturaValladolid, 15 mar (EFE).- El Real Valladolid afronta la recta final de la temporada, y lo hace en la decimosexta posición, fuera de los puestos de descenso, aunque tendrá que apelar a un rendimiento máximo en cada partido, ya que tan solo uno de los rivales pendientes tiene menos puntos.
Ese contentiente es el Elche, que ocupa el puesto inmediatamente inferior al de los vallisoletanos, al contar con dos puntos menos en su casillero. Pero antes de enfrentarse al cuadro alicantino, deberá jugar ante Sevilla, Barcelona y Granada: cuarto, tercero y octavo clasificados, respectivamente.
Por tanto, se prevé un duro camino para el equipo dirigido por Sergio González, que ha logrado sumar en sus últimos compromisos ligueros y, además, ha dejado la portería a cero, uno de sus "debe" durante esta temporada. Podría pensarse, pues, que Sergio González ha encontrado la llave que abrirá la puerta de la salvación.
En este sentido, la defensa se ha apuntalado, una vez ha podido recuperar a sus efectivos en la faceta que, en temporadas anteriores, le valió la permanencia en la categoría. El Yamiq y Joaquín se han convertido en las piezas clave del centro de la zaga blanquivioleta.
También en los laterales se están afianzando, en las últimas jornadas, Janko y Olaza, uno de los últimos en incorporarse al proyecto del club blanquivioleta. A pesar de ello, ha entrado con fuerza, asegurándose su titularidad en detrimento de Nacho Martínez, mientras que Janko sigue disputándose su puesto con Luis Pérez.
Asimismo, en los compromisos precedentes, Weissman y Guardiola han compartido protagonismo en punta de ataque, ya que el técnico catalán ha querido volver a apostar por el 4-4-2 que tan buenos réditos le ha dado desde que ocupa el banquillo del Real Valladolid, y que ha logrado recuperar.
Y en ese esquema que está dando mejores frutos a la entidad presidida por Ronaldo Nazário ocupan un lugar determinante Orellana y Roque Mesa. Ambos aportan control de balón, valentía en ataque y visión de juego, cualidades que serán clave para seguir añadiendo puntos en este farragoso camino que queda por recorrer.
Pero Sergio González puede seguir sorprendiendo, y de la misma forma que ha aparcado a Kike Pérez o Toni Villa, puede volver a contar con ellos y variar la táctica, dependiendo del rival que tengan delante. Nada se descarta y nada se da por hecho. Y menos cuando ahora puede disfrutar de, prácticamente, toda la plantilla.
El encuentro ante el Elche, para el que restan cuatro jornadas, puede ser clave, ya que es uno de los rivales directos por la permanencia. Pero el objetivo ha de ser sumar antes, para no llegar con más necesidades ni presión a esa cita liguera, lo cual no será fácil, viendo el nivel de los contrarios.
Tras ese choque, deberán enfrentarse a Cádiz, Athletic Club, Betis, Valencia, Villarreal, Real Sociedad y Atlético de Madrid, con quien el Real Valladolid cerrará la presente campaña. Más que nunca, esa unión a la que están apelando jugadores y técnico, debe crecer y convertirse en un arma letal.
Ante Osasuna se perdió una gran ocasión de añadir otros tres puntos a su marcador. Y ahora cada vez pesan más los fallos, las ocasiones no aprovechadas, las pérdidas de concentración o la atención plena en las jugadas a balón parado, puesto que apenas queda margen de maniobra.
Las sensaciones son buenas. El ambiente en el vestuario, tal y como confirman todos los integrantes del mismo, también. Todo ello debe plasmarse en el terreno de juego, sellando el compromiso y la conjura del equipo. Espera el Sevilla este sábado, y el miedo debe quedar aparcado.
Inés Morencia