Valladolid, 2 mar (EFE).- El portero del Real Valladolid, Roberto Jiménez, quien recuperó ante el Celta la titularidad, tras muchas jornadas en el banquillo, ha señalado este martes, en rueda de prensa telemática, que el equipo tiene "ganas de trabajar, avanzar y afrontar lo que queda con optimismo".
Tras el último encuentro ante el Celta de Vigo, en el que el conjunto blanquivioleta vio cómo se le escapaban los tres puntos en el minuto 93 para sumar solo uno, Roberto ha confiado en que todos "hayan limpiado la cabeza y se hayan quitado la amargura" con la que finalizaron dicho choque.
"Haremos el análisis que corresponda, porque queda cada vez menos, pero hay que seguir en esta línea y seguir demostrando ese espíritu, ese compromiso y esa intensidad en las siguientes citas, para las que estamos preparados y unidos en un objetivo común, que es la salvación", ha precisado.
En su opinión, "se ha dado muchas vueltas a la jugada del gol del Celta, pero todo viene provocado por el momento en el que sucedió, con el partido prácticamente terminado". "Se pudo haber hecho más. Fue una falta que no supimos defender bien y en la que vi que no iba a llegar al balón", ha explicado.
"Hace algo más de un mes el vestuario ha asumido una manera de pensar, en la que todos hemos llegado al pacto de que da igual quién juegue, que vamos a respetar la decisión del técnico, que el fin común es claro y el beneficio también, y todos estamos preparados para aportar el máximo cuando saltemos al campo", ha añadido.
Por ello, él salió como titular "preparado y motivado para competir, con ganas de aportar", puesto que "llevaba mucho tiempo sin jugar" y quería "devolver la confianza" depositada en su persona, aunque esa última jugada que terminó en gol hizo que la figura del guardameta destacara.
"Fue una falta complicada que, quizá, partimos de defenderla más dentro, por protegernos, de lo que debíamos haber hecho. Mi mentalidad era la de ir a por el balón e intento tomar decisiones en base a la coherencia y no a la impulsividad, para no cometer errores. Vi que no llegaba, que caía más lejos de mi zona de interacción y que tenía que ir a la línea a defender el remate".
En este sentido, ha advertido que "si el balón se hubiera despejado, nadie se hubiera planteado dónde estaba el portero", al tiempo que ha destacado que "en Primera, una temporada da para todo, para momentos buenos, malos, en los que el balón no entra, rachas en las que parece que se defiende peor, o se encajan más goles a balón parado, o se hacen más penaltis".
En este caso, "es cierto que en los dos últimos partidos el equipo ha recibido los goles a balón parado, pero es una faceta que se trabaja bien, con rigor, que se atiende, con lo que no hay que machacar más en ese hierro frío, sino tratar de acumular partidos en los que esas cosas no sucedan y no ser tan ventajistas al respecto".
Tal y como ha apuntado el portero del Real Valladolid, su experiencia le ha permitido "vivir situaciones parecidas" a la de este año, pero ha confesado que, en este caso, le deja "más tranquilo" que estén "fuera del descenso" y dependan de ellos, "porque el equipo tiene unos mimbres buenos, talento, necesita puntuar, ganar, competirle al Real Madrid a pesar de la derrota, es decir, sumar todos los mensajes positivos posibles".
Roberto ha detallado que, tras el partido de Vitoria, se habló de que se estaba "en un momento delicado, que el equipo sufría, no una crisis de identidad, pero si confiaba menos en él de lo que debería, y que había que ratificar que la propuesta del técnico es la que se iba a seguir a muerte, y a recuperar la ilusión como grupo, y las sensaciones que han hecho que se tenga estabilidad".
"Esa unión se transmite en el campo, en la intensidad, las disputas, las definiciones, las paradas y todo ello ha hecho que se aumentara la solvencia del equipo", ha añadido, pensando ya en el próximo rival, el Getafe, ante el que "será fundamental mantener ese espíritu al máximo".
Al respecto ha indicado que el cuadro madrileño "vive de su solidez, de su consistencia y garra, y esa será la base de cómo se va a desarrollar este partido, en el que deberemos poner todo el fútbol que tengamos para desequilibrar la balanza a nuestro favor".
Ha reconocido que, aunque pasó una etapa dura, cuando Sergio González tomó la decisión de cambiarle por Masip, "el tiempo todo lo cura y, poco a poco, gracias al esfuerzo de ambos, se ha vuelto a tener esa relación cercana y amistosa que gusta y que facilita el trabajo".
"Él no dio mayor importancia a lo sucedido, y yo tampoco. Además, fue fiel al criterio que mostró cuando me cambió a mí al volver a hacerlo y pase lo que pase, juegue más o menos, esté Jordi Masip, con el que tengo una relación increíble, o yo, el objetivo es que el equipo se salve y vamos a estar todos para cumplirlo", ha dicho.