"Su defensa, con tres centrales, nos sorprendió a todos y, aunque empezamos enchufados y realizamos buenas acciones y llegadas, no supimos cómo enfrentarnos a un Barça que mostró una calidad brutal, con un portero que tenía mucha confianza y laterales que subían mucho y se metían por dentro", ha analizado.
En su opinión, el Barcelona "cuenta con jugadores muy buenos y determinantes", pero además no les salió un buen partido y no supieron "estar a la altura de lo que requería", por lo que han de hacer autocrítica "para que esto no vuelva a ocurrir, porque el próximo partido es con el Cádiz, que es un rival directo", ha dicho.
Ha advertido que la derrota "ha dolido, y más en casa", aunque enfrente estaba "un Barcelona que necesitaba realzarse y vino con ganas de hacerlo" y "cuando te meten dos goles antes del descanso, tratas de meter uno para meterte en el partido, pero carecimos de esa frescura necesaria para marcar".
"Ellos tienen gente muy potente arriba y tuvimos la suerte de que Masip conoce bien a Messi, estuvo a un gran nivel e impidió que el resultado fuera más abultado", ha añadido al tiempo que ha destacado la necesidad de "desconectar en estas fechas, para volver fuertes y afrontar los siguientes compromisos".
Respecto a su situación personal, Míchel ha admitido que "es diferente a la de otros años", en los que ha disputado "muchos minutos", ya que esta temporada "se han producido muchas incorporaciones, de jugadores muy buenos" en el centro del campo y, por tanto "hay mucha competitividad".
"Somos varios para un mismo puesto y todos intentamos hacerlo lo mejor posible para el entrenador que es el que manda, con lo que hay que esperar el momento de cada uno y, aunque lógicamente me gustaría jugar más, sobre todo, lo que quiero es que el fútbol se vea reflejado en tres puntos", ha comentado.
Preguntado sobre si había muchas rotaciones en el equipo, Míchel ha señalado que "ha habido partidos cada dos o tres días y el entrenador ha mirado por el bien del equipo buscando cambios", pero el que haya más o menos "no es excusa" y ha admitido que la culpa es de los jugadores, que "deben mirarse" y "hacer autocrítica" para que no vuelva a darse otro partido como ante el Barcelona, ha concluido.