Valladolid, 17 jun (EFE).- El regreso al estadio José Zorrilla ha querido servir para rendir un sentido homenaje a las casi 600 víctimas que el coronavirus ha dejado en Valladolid, y que han estado representadas por el abonado número 2 del Real Valladolid, Alberto Muñoz.
En su butaca, el presidente del club, Ronaldo Nazário, depositó un ramo de flores en su recuerdo y en el de todos los fallecidos por la COVID-19, ante la mirada de los jugadores, que llegaron con las mascarillas violetas con el escudo del Real Valladolid, que ya se han podido ver por las calles,entre seguidores del equipo.
Asimismo, durante el calentamiento, los jugadores del conjunto blanquivioleta han llevado una camiseta negra y dorada, en memoria de las víctimas. Un negro y dorado que también se han trasladado a los perfiles de las redes sociales del Real Valladolid, que se ha implicado al máximo en la lucha contra el coronavirus.
Ninguna de esas personas podrá volver a cantar los goles de un equipo que este miércoles, más que nunca, sentirá su ausencia y la de los aficionados que, jornada tras jornada, acudían fielmente a la cita con los colores blanquivioletas y que, en este caso, han tenido que conformarse con animar desde sus casas o en los bares.
Pero no han faltado los mensajes de apoyo de esos entregados seguidores del Real Valladolid, que han ido enviando durante la semana y que lo han seguido haciendo durante el partido ante el Celta, para que los jugadores pudieran sentir su aliento a través del videomarcador del estadio.
Una iniciativa que, bajo el lema "Somos uno, Valladolid", ha podido verse en Facebook, donde se ha transmitido la imagen de ese videomarcador con el resultado y con los vídeos enviados por los aficionados, para que toda la ciudad estuviera a una con su equipo, en esta cita tan importante.
También las peñas del Real Valladolid han querido dejar constancia de su apoyo al equipo a través de unas pancartas que han depositado en la Grada Norte, al tiempo que han instalado una pantalla gigante en un bar de la ciudad, que ya en el choque ante el Leganés reunió a 400 personas.
Y para completar el intento de llenar de alguna forma José Zorrilla, el club ha reunido 92 amuletos de la suerte cedidos por sus seguidores y que se colocaron en las butacas para que esa buena estrella acompañara al equipo durante todo el encuentro.
Con todo ello, con la ilusión de sellar media permanencia con una victoria, el Real Valladolid saltó al césped sabiendo que sus aficionados seguirán a su lado desde los bares, desde sus casas con sus familias o amigos, empujando para que su equipo sumara tres puntos más.
Inés Morencia