Una
dura entrada del atacante egipcio
Taher, aparentemente
involuntaria, le dobló de manera antinatural el tobillo izquierdo el pasado
22 de julio durante el partido inaugural de la 'Rojita', finalmente medalla de plata, en los Juegos Olímpicos de
Tokio 2020. Aguantó unos minutos sobre el campo, pero no podía casi
ni apoyar, por lo que tuvo que ser sustituido. Ya no volvería a jugar más en el torneo. Y eso que los médicos de la selección española le diagnosticaron un
esguince de grado II, el segundo más grave de los posibles, aunque el parte médico auguraba una baja de
3-4 semanas que el interesado trató de acortar con
fisioterapia y otros tratamientos
conservadores. De hecho, trabajó varios días sobre el césped y se llegó a especular con su participación en las últimas eliminatorias, si bien era materialmente
imposible.
A su vuelta a España, los servicios médicos del
Real Madrid descubrieron que
Dani Ceballos padecía una
rotura completa del ligamento peroneo-astragalino anterior y del peroneo-calcáneo, por lo que la baja se prolongaría un mínimo de
2-3 meses. Para muchos, se acababa la primera vuelta para el utrerano, que ha cumplido
diez semanas en el dique seco. Esta inoportuna dolencia imposibilitó que se pudiera definir su futuro, que pasaba por convencer al nuevo entrenador del Real Madrid,
Carlo Ancelotti, o, en su defecto, buscar una nueva
salida, después de dos cesiones consecutivas al
Arsenal. Y el
Betis aparecía en todas las quinielas.
Incluso, el club blanco contrató a un talento en su posición,
Camavinga, lo que le cerraba todavía más las puertas, pues tiene por delante al francés, a
Fede Valverde, a
Modric, a
Kroos, a
Casemiro... Por eso, su retorno a Heliópolis fue una de las opciones más comentadas en los últimos días de la ventana estival de transferencias, llegándose a comentar que existía un acuerdo entre las entidades para facilitar un
préstamo con opción de compra cercana a lo que pagaron los merengues en su día por él (
15 kilos), que se convertiría en
obligación de clasificarse el Betis para competiciones europeas. Hasta Ceballos aceptaba
rebajarse el sueldo para encajar en el presupuesto verdiblanco. Todo quedaba supeditado a las salidas de
Joel, Tello y/o Carvalho, sin las que el tope salarial quedaría rebasado con su ficha.
Finalmente, resultaba prioritario contratar a
Bellerín, que también había accedido a cobrar menos para hacer realidad el sueño de su padre, puesto que la grave lesión de
Sabaly dejaba cojo el
lateral derecho. Lo de Dani, al no haber más movimientos en la plantilla hispalense, quedaba aparcado, que no olvidado. Hasta
Cordón y otros dirigentes de la institución de La Palmera, normalmente reacios a hablar de la vuelta del utrerano, se refirieron a que los caminos de ambos volverían a
cruzarse. Y puede ser en
enero, siempre que alguno de los sueldos altos se marche y sea factible monetariamente hablando. Todo está
atado y bien atado a falta de que el contexto sonría al Betis.
Mientras tanto, el madridista apura los últimos días de
convalecencia evidentemente hastiado y
resignado. Ceballos dejó varios mensajes al respecto en sus redes sociales, mostrando su convicción de que el destino le reserva cosas bonitas pronto. Y puede que en el club de sus amores: "Hay momentos en la vida en los que surgen dificultades que no esperamos. Pero yo sigo trabajando duro para poder recuperarme
al 100% de esta lesión que está dando
más guerra de lo esperado. Ya estoy afrontando, con un gran equipo de profesionales, la
recta final de esta recuperación. Sin duda, esta experiencia me está sirviendo para
crecer mentalmente y volver con más fuerza e ilusión que nunca. Si tengo claro algo es que el fútbol es mi vida, y cuento los minutos para volver a
disfrutar en el verde. Ya queda menos. Gracias por todo el apoyo que recibo por vuestra parte. ¡Nos vemos
muy pronto!".