Es una de las noticias más
esperadas por gran parte del
beticismo, aunque lo cierto es que las dos veces, exceptuando el partido con la selección española, que ha vuelto al
Benito Villamarín (17/18, cuando se quedó en el banquillo; y 18/19, cuando salió para marcar de falta sobre la bocina el tanto de la victoria madridista) fue recibido con más
pitos que aplausos. La forma en que se marchó en el verano de 2017
no gustó nada a la directiva que ya entonces presidía
Ángel Haro y a un amplio sector de la afición heliopolitana, aunque muchos culparon a la agencia que entonces representaba al mediocentro,
Bahía Internacional, ya desvinculada del utrerano, a quien lleva un miembro de su familia, asesorado por un famoso abogado de futbolistas afincado en la capital de España.
Todo lo anterior no ha sido óbice para que Dani Ceballos (24) haya hecho gala en estos tres años de su
amor por los colores que defendió desde edad cadete. Numerosos
guiños en las redes sociales y durante las entrevistas que ha concedido han acercado un poco al internacional español a su antigua casa, a sabiendas de que
económicamente se trata de una operación harto
complicada, más aún este verano. Incluso, parecía decidido que se iba a ampliar a un segundo año su préstamo en el
Arsenal, aunque las noticias se suceden, y la última sonríe a los intereses verdiblancos.
De esta forma, según avanza 'Mundo Deportivo', el utrerano habría
comunicado ya al Real Madrid su deseo de jugar en el
Betis en caso de no quedarse a las órdenes de
Zidane una vez realizada la pretemporada, como parece factible, ya que el francés nunca le ha profesado una gran confianza. El centrocampista quiere jugar el máximo número de partidos en la 20/21 para asegurarse un puesto en la lista de Luis Enrique para la
Eurocopa del año próximo, y cree que Heliópolis es el destino idóneo.
El problema principal, como ya se ha referido, radica en que Ceballos, con contrato hasta
2023 en Chamartín y un sueldo de
2,3 millones de euros netos (más bonus), debe encajar en las posibilidades económicas de un Betis que, para empezar, debe hacerle hueco en su
límite salarial, prácticamente agotado, por lo que tendría que esperar a que hubiera salidas que liberaran masa económica y permitieras a los hispalenses poder abonar algo por la
cesión de su canterano, que es lo que el Real Madrid ha exigido al Arsenal y a todos los que preguntan por él. La capacidad de negociación de
Antonio Cordón, que podría intentar aplazar cualquier pago unos meses hasta que la situación mejore (como con Montoya) puede ser clave para una operación que apunta, con todo, a los últimos días de una ventana que cierra a principios del mes de
octubre.