Pamplona, 3 may (EFE).- Osasuna afronta el último mes de campeonato con la permanencia ya en el bolsillo y con la oportunidad de demostrar a los suyos el respeto que el escudo rojillo merece tras firmar un año notable.
Los de Jagoba Arrasate iniciaron ante el Elche la primera de las cinco últimas jornadas de una Liga cómoda para sus intereses en la que han atravesado grandes momentos de juego y resultados con una racha de diez partidos sin sumar los tres puntos.
Ante Budimir pudo ser el héroe el pasado domingo en el Martínez Valero, pero los rojillos encajaron un gol en los minutos finales cuando contaban con un futbolista más que su rival, acción que les hizo dejarse dos puntos por el camino.
Osasuna cuenta con un calendario asequible tras alcanzar las 45 unidades. Visitará este domingo al Espanyol en Barcelona, recibirá al Getafe el miércoles siguiente y cerrará el curso en El Sadar contra el Mallorca. Bilbao será el lugar donde disputarán el penúltimo choque, un día marcado en la agenda de todos los seguidores del cuadro pamplonés.
La temporada pasada, la plantilla tan solo logró una victoria en los cinco últimos partidos. Fue ante el Cádiz en casa por 3-2 con un doblete del hombre de moda en la actualidad, Budimir. Tres derrotas frente al Real Madrid, Atlético y Real Sociedad, y un empate en San Mamés, fueron el resto.
Osasuna no consiguió finalizar de la mejor manera, algo que no importó mucho. El equipo se estaba asentado en Primera y la afición se mostró comprensiva con sus jugadores. La undécima posición con 44 puntos fue suficiente para una plantilla que funcionó cuando la travesía se puso más complicada.
La cosa fue bien distinta en el regreso del equipo a la máxima categoría. Fue la campaña interrumpida por la pandemia que terminó en el mes de julio. En aquella ocasión, Arrasate dirigió 6 partidos en apenas 17 días, situación que solventaron con creces.
Osasuna celebró tres victorias (Éibar, Celta y Barcelona), dos empates (Getafe y Mallorca) y tan solo hincaron rodilla en el Benito Villamarín ante el Betis al caer por 3-0. El club de Tajonar se hizo con la 10ª plaza gracias a los 52 puntos sumados.
El escenario es óptimo para intentar mejorar estos números solo por el orgullo que deberían mostrar unos jugadores que representan a una institución centenaria y que el año que viene podría dirigir sus miras hacia cotas mayores que una temprana salvación.
La posibilidad de una clasificación para Europa parece haberse disipado con este último empate. El Villarreal marca ese reto con 7 puntos más que Osasuna cuando solo quedan 12 en juego.