En total, 1.300 personas accederán, cuando las autoridades sanitarias lo permitan, a este novedoso sistema situado en el Graderío Sur, donde se juntan los aficionados más ruidosos del nuevo coliseo rojillo que convertirán El Sadar en una olla a presión.
Se trata de asientos que, si son plegados, permiten al aficionado ver el partido de pie, apoyado en la alta barandilla del respaldo de la butaca delantera y cumpliendo la normativa. Las personas que deseen ingresar a esa zona del campo a partir de ahora deberán esperar a que alguno de los socios actuales deje su hueco para reubicarse en otra de las zonas del estadio.
La mayor inclinación y el mayor número de espectadores harán que los conjuntos visitantes sientan una presión extra a la que experimentaban años atrás en Pamplona. Como era de esperar, la fiel afición del conjunto navarro está respondiendo extraordinariamente a la renovación de su carné de socio para ayudar al equipo en un año complicado como es el actual, en el que la entidad requiere del apoyo de su masa social para no ver reducidos sus ingresos y, por ello, meterse en problemas económicos.
Osasuna cerró el viernes pasado la campaña de renovación de socios con 15.074, es decir el 97,3 % de los registrados la pasada temporada (15.498). Posteriormente ha sido el turno para los simpatizantes, aficionados que no pudieron entrar como socios el año pasado y que este, si lo desean, sí lo harán.
El club contabilizó hasta este miércoles un total de 1.101 nuevos socios y Osasuna no volverá a actualizar la cifra hasta el día 12, fecha en la que se cerrará en plazo preferente para ellos antes de abrirse para el público general.