El Málaga y el Oviedo empataron este sábado a cero en un partido con escasas ocasiones de gol y el equipo andaluz sigue en una situación crítica, a dos puntos del descenso.
El conjunto malagueño lleva más de
cinco meses sin ganar como local, mientras que al ovetense le vale la igualada para mantenerse en la
sexta posición con 64 puntos y ampliar a nueve los partidos consecutivos sin conocer la derrota.
El equipo blanquiazul, que inició el partido sabiendo el resultado favorable de la Real Sociedad ante el Fuenlabrada que , en los que el Oviedo fue el dominador, con un centro del campo más poblado y que ganaba en número a los malaguistas, más preocupados por no encajar que por armar el ataque, en el que había hasta tres jugadores con poder ofensivo como
Brandon Thomas, Sekou Gassama y Álvaro Vadillo.El Málaga empezó a madurar el encuentro, cogió el balón con el centrocampista
Jozabed Sánchez como propulsor y
Aleix Febas enlazando con
Brandon y Sekou, aunque
las acciones de peligro no llegaban y tampoco para el Oviedo, que dormía el partido sin sufrimientos con una zaga firme y segura.
Los minutos pasaban, el enfrentamiento era extraño, tosco y ninguno de los dos equipos se acercaba con intenciones a las áreas. El respeto era mutuo y nadie quería descuidar la parcela defensiva, por lo que el ataque escaseaba y no era brillante.
El primer disparo a portería fue del malaguista
Álvaro Vadillo, flojo y colocado, que no alteró al guardameta
Joan Femenías, en el minuto 35. Los locales tenían el balón, pero no llegaba a su destino por el buen conocimiento del juego del conjunto ovetense, sin fisuras y muy bien armado.
El Oviedo, viendo que el Málaga tampoco ejercía su poderío local, con una afición entregada, con más de 25.000 personas, estiró líneas y
empezó a avisar con entradas por las bandas, acciones a balón parado y centros laterales que obligaban a los malaguistas a replegarse.
El centrocampista del Oviedo
Gaston Brugman disparó por primera vez entre los tres palos en el minuto 69 y a continuación se sucedieron una serie de ocasiones para el conjunto oventense que a punto estuvieron de desnivelar el marcador.
Fueron los minutos más trasparentes de los visitantes, que mostraban su superioridad ante un rival cansado, roto y sin ideas.
El enfrentamiento, a pesar de los jugadores de refresco en los dos equipos,
concluyó con un Málaga sin pegada y un Oviedo que arrancó un punto merecido y trabajado.