Hacia dónde mira este Málaga. Es la gran pregunta que se hacen en estos momentos los aficionados blanquiazules. Después de una ida cuyo bagaje fue positivo hasta el mes de diciembre, parecía que el cuadro boquerón pelearía por los puestos de
playoffs de ascenso con un presupuesto y contexto exponencialmente más bajo que los 'trasatlánticos' de la Segunda División.
A pesar de la mala imagen mostrada lejos de
La Rosaleda y que sigue lacrando al equipo -es el tercer peor visitante del campeonato-, era en su propio estadio donde, con el apoyo de la afición, sucumbía todo rival que visitaba Martiricos. Pero la realidad cambió con la derrota como local frente al
Amorebieta, por inesperada y porque trajo consigo una corriente negativa dentro y fuera del vestuario.
Tras más de un mes de crisis en forma de resultados y la destitución de
José Alberto López, llegó Natxo González con la consigna de mantener la categoría sin sufrir en exceso. Pese a la exigencia por parte de la grada, ya advirtió
Manolo Gaspar que todavía están lejos de dichas pretensiones. "El Málaga no va a la velocidad de la
opinión pública. La gente ya se cree que tenemos que estar obligados a estar arriba, el club no va al ritmo que pide el aficionado, no podemos. No me puedo comprar un Ferrari, si no tengo gasolina para echarle".
Y es que a día de hoy el Málaga está lejos de luchar por la plaza soñada, estar entre los
seis mejores de LaLiga SmartBank en el mes de mayo. Decimoquinto con 32 puntos, los blanquiazules están a tres encuentros (9 puntos) del equipo limítrofe, la Ponferradina. Esto si se mira hacia arriba.
Pero la realidad de los andaluces pasa por mirar hacia abajo y alejarse cuánto más de la zona ardiente. Más cerca que nunca, son siete los puntos que separan a los de
Natxo González con las posiciones de descenso, marcado por el Amorebieta con
25 puntos.
En tierra de nadie, pero con la variante de que conseguir o no tres puntos cambia por completo el panorama deportivo se encuentra en estos momentos el Málaga. Una
tensa calma que sirve para trabajar con tranquilidad, aunque sin ni un punto de relajación, pues dos resultados adversos condenaría a los blanquiazules a los puestos peligrosos. Sin ir más lejos, Natxo y su equipo tendrán este sábado un duelo complicado, pero que puede servir como punto de escalada si el se logra vencer al
Almería en el derbi andaluz.