Son las cosas que tiene el fútbol. Se destituye a un entrenador y amanecen ilusiones renovadas en aquellos jugadores que contaban menos o nada en los planes del que se marcha.
Como Antoñín, sin ir más lejos. Del mismo modo,
se genera cierta incertidumbre en los que formaban parte de la guardia pretoriana del técnico saliente. El vestuario del
Málaga no escapa a esta vorágine de estados de ánimo.
Entre aquellos que podrían perder su privilegiado status quo, se encuentran algunos indiscutibles cuyo rendimiento no ha sido el esperado. Todos los ojos se dirigen a la portería.
Dani Martín, más aún tras el 0-5 ante el Ibiza, podría dejar su sitio a Dani Barrio. Para José Alberto no había discusión y aprovechó el único grave error del veterano -ante el
Almería, en una mala salida que costó un gol- para poner al guardameta que había demandado con insistencia.
El portero cedido por el Real Betis ha jugado todos los encuentros de Liga desde la quinta jornada sin que haya dado la seguridad esperada salvo en muy contadas ocasiones, como en
Alcorcón, en la única victoria a domicilio.
El runrún en La Rosaleda ha sido continuo y el ex internacional sub21 no es ajeno a él. El 0-5, con autogol incluido tras un mal despeje, le hundió.
Su bagaje es de 20 partidos jugados y 31 tantos encajados, a más de un gol y medio por encuentro. Por el contrario,
Dani Barrio recibió 4 en las 4 primeras jornadas: 2 ante el Ibiza y 2 frente al Almería, dejando su puerta imbatida contra el Mirandés y el Alcorcón. La pasada campaña, en la que alternó titularidad con
Juan Soriano, intervino en 24 duelos de Liga y sacó 30 veces el balón de su portería.
A la espera de la llegada del próximo entrenador será
Funes, técnico del filial, quien dirija al equipo y el que, si no llega a tiempo el nuevo de sentarse en el banquillo de
Anduva, tenga que decidir si dar continuidad a Dani Martín o la alternativa a Barrio.