A día de hoy, el fútbol femenino en España sigue sin ser reconocido como un deporte profesional. Precisamente, esa condición ha determinado que la Primera división femenina corriera el mismo destino que el resto de competiciones no profesionales en España dependientes de la Real Federación Española de Fútbol, es decir, su suspensión por el COVID-19.
Según la Ley del Deporte de 1990 solo establece que la Primera y Segunda división masculina junto a la liga de baloncesto (ACB), también masculina, son consideradas como ligas profesionales. Condición que ha hecho que en estas se esté trabajando para su vuelta.
Una circunstancia, la de no plantear ni siquiera un escenario donde se intentara volver a retomar la Primera Iberdrola, que no ha sentado bien a una buena parte del fútbol femenino español cuando en otras ligas como la Bundesliga femenina en Alemania, cada vez están más cerca de volver a competir. “Seguimos sin ser profesionales para nadie”, reflejaba Priscila Borja, jugadora del Betis, en sus redes sociales.
Tras innumerables reuniones, en febrero de este año se firmó el primer convenio colectivo del fútbol femenino en España. Lo que posibilitaba entre otras aspectos, que las jugadoras fueran reconocidas como trabajadoras y cotizaran en la Seguridad Social. Un aspecto que anteriormente, los clubes no estaban obligados a hacerlo, dejando así, desprotegidas a las futbolistas.
“Llevo jugando desde que tengo 17 años al fútbol profesional con sueldo. Hace un mes me llegó la vida laboral y no tenía cotizado ni cinco años”, reveló la reconocida futbolista a nivel nacional, Ana Romero, en la cuenta de Instagram Brainamic.
La futbolista del Betis, más conocida como 'Willy' y que se retira esta temporada, reflejó la realidad que han vivido muchas de sus compañeras de profesión. Y añadió: “Ese es uno de los problemas que se quiere intentar poner solución con la firma del convenio colectivo. Es triste que hayas estado trabajando dieciséis años de tu vida y luego no cotices ni cinco”, argumentó.
No obstante, según el Real Decreto 1006/1985 por el que se regula la relación laboral de los deportistas profesionales, las jugadoras de la Primera Iberdrola son profesionales. “Son deportistas profesionales quienes, en virtud de una relación establecida con carácter regular, se dediquen voluntariamente a la práctica del deporte por cuenta y dentro del ámbito de organización y dirección de un club o entidad deportiva a cambio de una retribución”. Unas particularidades que ahora más que nunca están respaldadas tras la firma del convenio.