Quique Setién no tiene pelos en la lengua. El veterano preparador, ahora al frente del FC Barcelona, lo ha demostrado en toda su carrera deportiva, primero como
jugador de elite y, después, como
entrenador. En
Lugo,
Las Palmas,
Betis y el propio
Barça ha protagonizado
polémicas por su locuacidad y su ausencia de filtros en sala de prensa, circunstancia que le ha originado más de un problema interno y externo. Y si, además, tiene como segundo a
Éder Sarabia, la salsa cuenta con otro ingrediente picante más.
Su absoluta fe en un
ideario futbolístico de toque, posesión y generación de espacios con movimientos no es compartido por otros
colegas del gremio, que buscan la mejor manera de obtener el máximo rendimiento de plantillas más modestas o, siendo superiores, cuentan con otro
estilo conservador que, en un alarde de inmovilismo, el cántabro no acepta ni aplaude, sino que suele criticar duramente. Esto le ha hecho coleccionar 'amigos' en el mundo de los banquillos, donde son conocidos sus piques con
Simeone, Bordalás y algún otro, como
Pellegrino.
El último en sumarse a la lista de agraviados por Setién es
Sergio González, entrenador del
Valladolid, que respondía así este sábado a las insinuaciones previas en sala de prensa de Quique, que había aludido al
calor, la sequedad del
césped o el poco
descanso para justificar el bajo rendimiento culé en el José Zorrilla. "
No es un tema futbolístico", zanjó el ex verdiblanco, a quien su homólogo albivioleta respondió sin ambages: "Quique
siempre nos intenta minimizar; ya lo hizo cuando estaba en el Betis (entonces, argumentó que era difícil atacar a un equipo que metía a diez futbolistas en su área). La respuesta ha estado en el campo. Si ha habido un equipo que ha generado situaciones de peligro, ha sido el nuestro. El calor y el campo era el mismo para todos".
El pique con Sergio, como ya se ha referido, se suma a una larga lista de enfrentamientos verbales, empezando por los protagonizados cada vez que se medía con un equipo adiestrado por
José Bordalás en los últimos siete años. Todo comenzó en Segunda, en 2013, tras un doble enfrentamiento entre el Lugo de Quique y el Alcorcón del hoy míster getafense. El cántabro le dedicó 'perlas' como éstas: "Es un rival complicado porque
no juega a nada y no te deja jugar. Interrumpe muchísimo el juego, pierde tiempo... Tienen las directrices muy bien marcadas. Espero que no asciendan;
da pena jugar contra ellos (...) No interpreto esto como un partido de fútbol, interpreto otra cosa. Un partido en el que no hay continuidad, que con cierta asiduidad están interrumpiendo, con líos... no es un partido como los que acostumbramos a jugar nosotros, con posesión.
Este equipo tiene líos con todos".
Nunca más volvieron a saludarse en un campo de fútbol, evitando, sobre todo Setién, referirse a un Bordalás que dejó de responderle, aunque también tuvo 'dardos' antes, durante y después de los Getafe-Betis, como, por ejemplo, éstos: "Este equipo es el que menos tiempo de juego disputa y el que más faltas hace. Las interrupciones... Esto es siempre lo mismo; yo no es que sea un adalid del 'fair play', pero estas cosas las tienen que mirar los árbitros. Que se jueguen 25 minutos en cada tiempo...
Esto no es fútbol; es otra cosa, por mucho que me lo quieran vender".
Con Simeone también ha tenido de las suyas, aunque con más respeto y casi siempre en declaraciones a medios de comunicación, no en ruedas de prensa oficiales. Así, Setién dijo del Cholo: "Su Atlético, por ejemplo, juega como él. Se lo dije a Simeone. 'Me encanta lo que haces, los títulos, lo que has conseguido, pero no me gusta cómo juega tu equipo'". Además, tras un 3-0 en Butarque, dedicó al 'Lega' este menosprecio: "Cada uno usa el estilo que tiene. Al Leganés esta forma de jugar a veces le sale bien y otras veces, mal; por eso están ahí abajo (en realidad estaban entonces a tres puntos del Betis). Tienen que hacer cuatro cosas, porque les puede valer con la permanencia, pero, si quisieran jugar como lo hacemos nosotros, les costaría".