Miguel Ángel Pierri, abogado de los jugadores colombianos de Boca Juniors Edwin Cardona y Wilmar Barrios, acusados de violencia de género, dijo hoy que los futbolistas "están a disposición" de la Justicia y que por eso no hay necesidad de arrestarlos durante la investigación.
"Yo entiendo que no pueden ser detenidos porque dije que están a disposición, no habría por qué aplicar ninguna coerción cuando un ciudadano se pone a disposición. Desde ayer a las 11 de la mañana estamos avisando que aquí estamos y que queremos declarar", afirmó Pierri en rueda de prensa.
Según el letrado, que haya secreto de sumario en la causa puede significar que están llevando a cabo allanamientos o la detención de alguna persona para que declare como testigo.
"En este momento están ocurriendo cosas. Edwin y Barrios están preocupados, amargados, sobre todo Edwin, estaba muy amargado ayer sobre todo por esta causa y por quedar fuera del plantel. Tuvieron una reunión con altos directivos de Boca y con el cuerpo técnico, no creo que se hayan cambiado rosas", explicó.
El abogado cree que se está cambiando la clasificación provisora, que era de privación ilegítima de la libertad, lesiones y amenazas, según reveló el abogado de las dos denunciantes, Juan Martín Cerolini.
"No está la calificación. Me animo a deducir libremente que si se manda a examinar la clasificación es porque después de los testimonios (de las denunciantes) hay que ajustarla. Me preocupa la figura de violencia de género", sostuvo.
"Mis clientes son inocentes. Se comenzó hablando de un abuso sexual, eso se hecho a correr en los medios, y es una figura que no está", añadió.
Además, dijo que los audios que los medios argentinos publicaron, en los que se escucha a un colombiano pidiendo perdón y solicitándole a una mujer que no realice una denuncia, "no son escuchas judiciales" y repitió que esa no es la voz de ninguno de sus defendidos.
Cardona y Barrios, de 25 y 24 años, respectivamente, fueron acusados este martes de haber agredido a dos mujeres entre el sábado y el domingo pasado en un departamento del barrio porteño de Puerto Madero, donde había varios testigos, entre ellos el también jugador colombiano de Boca Juniors Frank Fabra.