El árbitro Mamadou Sow ha declarado hoy sentirse "indignado" por los insultos racistas que recibió en un partido de fútbol de alevines por parte de dos padres, que fueron detenidos por la Policía Nacional tras el encuentro entre el Ranillas B y el Helios A, en Zaragoza.
Tras este suceso, que tuvo lugar el pasado sábado, el Atlético Ranillas ha expulsado del club a los hijos, de entre 11 y 12 años, de los padres que protagonizaron este altercado, como medida para evitar que se repitan hechos similares.
El colegiado que arbitró el encuentro, de 20 años, ha explicado que tan sólo diez minutos después de comenzar el partido, empezó a escuchar quejas de varios asistentes del Club Atlético de Ranillas, que llegaron a meterse con él y su familia.
A pesar de esta situación, Sow decidió no suspender el partido, porque "son niños y están para disfrutar del fútbol", ha comentado hoy en declaraciones a EFE.
Al final del encuentro, uno de estos padres llamó "negrito" al colegiado y se encaró con él, con la intención de pegarle, pero los asistentes evitaron el suceso, hasta que llegó la Policía Nacional y detuvo a los dos individuos, según ha afirmado.
"Me sentí indignado, cuando le dije ¿qué has dicho?, se puso furioso y vino hacia mí a golpearme; los que estaban cerca impidieron que me golpearan", ha comentado Sow.
Ha indicado que no es la primera vez que escucha insultos racistas, aunque ha apuntado que nunca habían llegado hasta este límite, porque él intenta concentrarse al 100 % en los partidos, para no cometer errores.
Este suceso no le ha quitado las ganas de seguir arbitrando y, de hecho, al día siguiente, el domingo 30 de enero, arbitró un partido entre el Fuentes de Ebro y Utrillas, que transcurrió sin altercados.
En cuanto a la decisión del club Ranillas de expulsar a los dos niños de los padres detenidos, Sow ha lamentado que hayan pagado así el "mal comportamiento de sus padres", porque "no se lo merecían de verdad", pero entiende que los clubes deben tomar las decisiones que consideren oportunas. "Yo ahí no me puedo meter".
Por su parte, los padres de los dos niños fueron puestos en libertad con cargos por presuntos delitos de amenazas y de odio, tras ser detenidos y prestar declaración ante el titular del juzgado de guardia de la capital aragonesa.
Para el presidente del Comité Territorial Aragonés de Árbitros de Fútbol, Francisco Ramo, tanto este club, como otros que han vivido situaciones similares, se han comportado de forma modélica y han tomado decisiones "rápidamente", como en esta ocasión, que ha acabado con la salida de dos jugadores.
Aunque ha reconocido que la "violencia verbal" se produce todos los fines de semana, ha manifestado que en esta temporada se han producido varios casos graves, como la brutal agresión de un jugador del Miralbueno a un árbitro de 18 años el pasado mes de diciembre en Zaragoza, que les ha llevado a tomar medidas.