El entrenador catalán Toni Gerona completó el pasado fin de semana el círculo de éxito del balonmano español al conducir a Túnez su décima Copa de África y romper así el dominio de Egipto en los últimos cuatro años.
En una entrevista concedida a Efe, el ex del FC Barcelona subrayó la riqueza táctica y el trabajo a nivel de clubes como las claves que han convertido al balonmano español en una potencia mundial y a sus técnicos en los entrenadores de moda.
"No solo a nivel de España y a nivel de Europa, el campeonato de Asia lo ha ganado la selección de Valero Rivera, Catar, por tercera vez consecutiva. Yo creo que ha sido un fin de semana redondo para el balonmano español", explicó.
"El entrenador español está de moda. Creo que nosotros aportamos una serie de riquezas en el juego, no tenemos en España los jugadores más grandes, ni los más altos, ni los más fuertes, pero sí que tenemos unos jugadores con una riqueza táctica y, sin duda, eso es fruto del trabajo en los clubes", agregó.
Gerona lo sabe bien. Formado en la cantera del FC Barcelona, fue durante quince años un hombre de club, vinculado estrechamente a las categorías inferiores, con las que cosechó un importante puñado de títulos.
También con el primer equipo, con el que como ayudante se anotó una Copa de Europa (2004-2005), una Liga Asobal (2005-2006), una Copa del Rey y una Supercopa de España, ambas en la temporada 2006-2007.
Después volvió unos años más a los equipos inferiores antes de dar el salto internacional en Catar, donde en dos años ganó todos los títulos posibles con el Al Jaish Sport Club, el equipo del Ejército de Catar, considerado uno de los más potentes fuera de Europa.
"Creo que tenemos que estar muy orgullosos de cómo se trabaja a nivel de base, en los clubes, por supuesto hay mucho que mejorar, hay parcelas donde podemos mejorar mucho todavía, pero la gran riqueza táctica que tienen los jugadores de base en España es admirada en todas partes", afirma.
"Creo que los entrenadores que somos capaces de combinar los aspectos buenos de otros sitios, como en este caso aquí en Túnez, con la habilidad también de dar algún punto, algunos detalles de riqueza táctica, hacen que los equipos evidentemente puedan dar esos pasos de mejora", añade.
En este aspecto, recuerda que hay otros entrenadores, como Raúl González, campeón de Europa con el Vardar el pasado año, o Ambos Martín, campeón igualmente con un equipo húngaro femenino, que contribuyen a lustrar este escaparate español.
"Así que creo que no podemos hablar solo a nivel de selecciones, sino también que a todos los niveles el entrenador español es capaz de ver lo mejor en los grupos y de sacar ese rendimiento", insiste mientras sostiene con orgullo la medalla.
Gerona abandonó Qatar y llegó a Túnez en julio de este año con la intención de mantener su progresión profesional y con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en el horizonte.
Túnez es un país de amplia tradición en el mundo del balonmano pese a la debilidad de su liga: diez títulos de África, cuatro participaciones en los Juegos (8º en 2012) y un cuarto puesto en el mundial de 2004 relucen en sus vitrinas.
Sin embargo, sus días de gloria parecían haber pasado, con una Egipto que le derrotó en la final africana de 2016, un equipo veterano de estrellas en declive y una necesidad urgente de reforma y renovación.
"Lo que te da una primera medalla es, si duda, tranquilidad. Creo que esta medalla va a ayudar a que podamos hacer las cosas con más calma dentro de la premura y las prisas que hay siempre en el mundo del deporte... y espero más recursos para hacer las cosas mejor de lo que hemos hecho ahora", afirmó.
"La idea era ya empezar a hacer una regeneración para dar experiencia a estos jóvenes jugadores con el grupo de cara a este 2020. Estos seis meses han sido buenos de trabajo y ya en la primera competición hemos tenido la suerte", agregó.
Aún queda un largo camino, con unos Juegos del Mediterráneo y un Mundial por delante, en el que Gerona confía en que todo el mundo, directivos, jugadores y afición, tengan la cabeza fría y las raíces en el tiesto.
"Ahora viene el Mundial, en el que se ha marcado como objetivo pasar a la segunda fase y, una vez allí, vamos a ver lo que ocurre. Lo que espero es que todo el mundo tenga los pies en el suelo y que este éxito prematuro no haga que crean que se pueden conseguir cosas mucho más grandes sin el tiempo y sin la inversión necesaria".
"La idea es aprovechar todas y cada una de las competiciones para llegar con el equipo lo mejor preparado posible al 2020. El objetivo número uno es el 2020, el campeonato de África, que se hará aquí en Túnez. Ganar ese campeonato porque es el que da acceso a los Juegos Olímpicos", concluyó.