El pasado septiembre, esta intrépida sevillana alcanzaba su quinto ochomil, el Manaslu, siendo la primera mujer en lograr hacer cumbre esa temporada sin oxígeno. Ha sido sólo una proeza más en su interminable currículum.
Atrás quedaban las cumbres del Cho Oyu (2005), Gasherbrum II (2006), Everest (2008) -sigue siendo la única andaluza que ha subido a la montaña más alta del planeta- y Broad Peak (2014), además de otras muchas cumbres en Europa, Asia y América -Ama-Dablam (Nepal, 6856 msnm), Huascarán (Perú, 6.768 msnm), Sajama (Bolivia, 6.540 msnm), Illimani (Bolivia, 6.420 msnm), Mckinley (Alaska, 6.236 msnm), entre otras- y que le han situado en la elite nacional y mundial del montañismo.
De hecho, un mes antes, en agosto, había dado otro paso para situar su nombre en la elite histórica de este deporte tras completar su tercer pico de los cinco que consta el ´Leopardo de las Nieves´ -las cumbres más altas de la antigua Unión Soviética-. Si en años anteriores ya había subido al Pico Lenin (7.134 msnm) y al Korzhenevskaya (7.105 msnm), esta vez el elegido fue el Khan Tengri (7.010 msnm), por lo que sólo el Ismail Samani -Monte Comunismo- (7.495 msnm) y el Pobeda (7.439 msnm) le separan de obtener un título honorífico que muy pocos tienen. Estamos ante una de las más grandes deportistas andaluzas de la historia.