Lo dijo Fernando Alonso ayer mismo: "Esta temporada está finiquitada". Sin embargo, las últimas informaciones que nos señalan ya al Mundial de Fórmula 1 de 2024 no nos dejan ni pestañear. Sabiendo ya que Max Verstappen tiene tres mundiales y Aston Martin ha dado unos cuantos pasos atrás en muy poco tiempo, lo que no está ni mucho menos claro de cara al próximo curso es qué ocurrirá en Red Bull.
Aunque este año los austriacos han dominado con mano de hierro con Verstappen y Checo Pérez al volante, tal realidad podría cambiar realmente rápido, y es que el propio director del equipo, Christian Horner, ha confirmado una sospecha que se lleva alimentando tiempo y que directamente puede hacer temblar la F1 que hemos conocido en los últimos tiempos.
El jefe de Red Bull, cuestionado por Racerfans.net, no ha escondido que la sanción que les impuso la FIA por incumplir el techo presupuestario en 2021 está llegando a su fin en término de fechas, pero que sus verdaderas repercusiones pueden verse en el coche del próximo año. Hablamos de una multa de 7 millones de euros y una reducción del 10% en las horas semanales de túnel del viento y pruebas de CFD. Con tales trabas, admite que el desarrollo del nuevo monoplaza se ha resentido.
"Ciertamente, todavía no se ha visto el impacto total porque obviamente ha comprometido la cantidad de desarrollo que hemos podido realizar este año. Afortunadamente, presentamos un coche muy fuerte a principios de año y hemos podido aplicar parte de ese tiempo de desarrollo al coche del próximo año. Eso ha sido importante", recalca.
Si bien es pronto para certificar nada, está claro que en Red Bull preocupa que tras los grandes avances que han hecho McLaren, Ferrari y Mercedes, quienes están terminando el presente campeonato cerca de ellos, sean el paso previo a que les igualen –o incluso superen– al haber contado con un mayor tiempo para trabajar en el coche de la próxima campaña. La realidad es que la propia Fórmula 1 tiembla ante lo que podría ser un cambio de jefe en el Gran Circo, y es que la puerta parece abierta por primera vez en mucho tiempo.
Aunque se puede decir que las normas les han perjudicado, Horner cree que la FIA ha dado pasos en la dirección correcta a la hora de llevar un control presupuestario. "El proceso de limitación de costes está evolucionando. Es un conjunto de regulaciones muy complejo que ha evolucionado y el grado de escrutinio este año fue fenomenal, en términos del rigor al que acudió la FIA. Fue una colonoscopia completa que experimentamos durante el verano", señala antes de cerrar su disertación con estas palabras.
"La FIA nos está ayudando, para ser honesto, a tratar de dejarlo claro, ya que estamos tratando de ayudar a la FIA también a mejorar su proceso porque es tan complejo que es bastante fácil cometer un error en alguna parte o hacer una mala interpretación. Es lo que quieren pero hay una comunicación de contacto constante con ellos y estamos trabajando juntos en eso", sentencia.